El 25% de los buceadores europeos viajan anualmente para practicar submarinismo

El 25% de los buceadores europeos viajan anualmente para practicar submarinismo

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Los buceadores son un segmento de demanda que se encuentra en pleno crecimiento, a ritmo de un 5% anual, aproximadamente. La práctica de este deporte permite a sus aficionados disfrutar del silencio y la belleza de los fondos marinos, además de aportar beneficios como son la tonificación muscular o el desarrollo de la concentración y las habilidades psicomotrices. Sin embargo, también conlleva riesgos, como es la enfermedad por descompresión. Llevar un equipo adecuado y revisarlo antes de cada inmersión, respetar los límites de profundidad para los que el buceador está preparado, controlar la velocidad de ascenso, realizar paradas de seguridad o bucear en compañía son algunas recomendaciones para practicar buceo de forma segura, así como hacerse con un seguro especializado en deportes de riesgo que incluya el tratamiento con cámara hiperbárica.

 

En la actualidad hay siete millones de aficionados al buceo en el mundo. De ellos, 3,2 millones se encuentran en Europa, según datos del Recreational Scuba Training Council of Europe. Se trata de un colectivo de demanda en plena etapa de crecimiento, con ritmos que alcanzan el 5% anual.

Alrededor de 825.000 buceadores europeos –cifra que supone el 25,7% del total- realizan al menos un viaje al año para practicar este deporte, además de buscar activamente diferentes destinos para conocer de primera mano distintos fondos marinos, uno de los principales atractivos de este deporte.

Pero no todas las ventajas se encuentran en la sensación que producen estas panorámicas submarinas, sino que también generan beneficios a otros niveles: tonificar la musculatura, desarrollar la concentración o las habilidades psicomotrices e incluso generar lazos de confianza y solidaridad con los compañeros.

Las modalidades de buceo más practicadas son el buceo deportivo con botella y el snorkel o buceo a ras de superficie, donde se usa máscara y un tubo para respirar. Menos frecuente es el buceo en apnea, en el que el submarinista aguanta la respiración todo lo posible.

Sea cual sea la modalidad, el buceo no se encuentra exento de riesgos, debido a la diferencia de presión bajo el agua, que puede afectar sobre todo a los oídos y a los pulmones. El riesgo más importante es la enfermedad por descompresión, que puede producirse cuando se realizan algunos rápidos y el exceso de nitrógeno se libera en forma de burbujas en los tejidos, provocando dolores en las articulaciones, sarpullidos y síntomas más graves. Una enfermedad que debe tratarsecon una cámara hiperbárica, diseñada para reproducir las condiciones de presión en que se encuentra el submarinista al sumergirse.

 

Recomendaciones para buceadores desde InterMundial Seguros

InterMundial Seguros lleva 20 años protegiendo los viajes y las actividades turísticas de los viajeros. Por este motivo, la compañía recuerda algunas recomendaciones dirigidas a los buceadores a la hora de practicar su deporte favorito, como son llevar el equipo correcto y revisarlo previamente a la inmersión, respetar el límite de profundidad para la que el aficionado está preparado y certificado, controlar la velocidad de ascenso, realizar paradas de seguridad, evitar contactos inadecuados con el fondo e, incluso, con los seres acuáticos, ya que algunos pueden ser venenosos.

Otras observaciones pasan por no bucear solo, sino acompañado, tener en cuenta las condiciones meteorológicas, disponer de los teléfonos y direcciones de los servicios de emergencia de la zona y la ubicación de las cámaras hiperbáricas más cercanas

Por otra parte, ante la práctica de deportes de riesgo es conveniente contratar un seguro especializado en deportes de aventura que incluya el tratamiento con cámara hiperbárica. Es el caso de Aventura Plus, de InterMundial Seguros, uno de los más completos del mercado, ya que, además, incluye búsqueda y rescate del asegurado, gastos médicos y quirúrgicos por enfermedad o accidente, pago de muletas, repatriación o traslado del enfermo o fallecido e incluso el regreso anticipado. Asimismo, incorpora gastos de anulación del viaje, reembolso de actividades no disfrutadas por enfermedad o accidente, pérdida de servicios inicialmente contratados, extravío o demora del equipaje facturado en aerolínea y prolongación del viaje por causas médicas.

 

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