La Lisboa más joven

Siempre es cautivador recorrer Lisboa en cualquier época del año. Caminar sin rumbo por sus barrios, dejándose seducir por su historia, nos brindará la oportunidad de descubrir fascinantes rincones. Al igual que las aguas del Tajo, una y otra vez, nuevas corrientes, llenas de vitalidad, impulsan a jóvenes visitantes a vivir una ciudad que constantemente se moderniza, y a su vez, conserva su legado para deleite de futuras generaciones.

Lisboa a la vanguardia de las nuevas tendencias

Cuando hablamos de la capital lusa, nos aflora a la mente el recuerdo vibrante y a la vez melancólico de las notas de su popular Fado. Lisboa nos ofrece una imagen inmutable por dentro y a la vez, renovada, dinámica y juvenil por fuera. Hoy nos ofrece una visión que conjuga perfectamente estos conceptos.

Desde el momento en que empezamos a recorrer el centro de la capital, ya percibimos el dinamismo juvenil por todas sus calles. El hecho de ser una ciudad donde se dan cita multitud de jóvenes que viven intensamente su etapa universitaria ha aportado una clamorosa nota de alegría y vitalidad.

Desplazarse por Lisboa es relativamente cómodo y sencillo para sus visitantes, autobuses, taxis, tranvías y metro, son los medios por excelencia de las mayorías de las modernas capitales. Aquí en este caso recomendamos el metro que es práctico, accesible y limpio. Con él realizaremos los desplazamientos por Lisboa recorriendo sus lugares más emblemáticos que forman parte de la antigua historia de la ciudad, y por los nuevos espacios de vanguardia, donde el diseño, la moda y la creatividad hacen de la capital lusa, un destino turístico apetecible en cualquier época del año.

La Baixa, un barrio histórico, es a la  vez innovador y creativo

Sin duda alguna, uno de los espacios más representativos en diseño y moda en pleno corazón de la Baixa Pombalina, es el MUDE. Este nuevo Museo del Diseño y de la Moda, ubicado en la parte baja de la Rua Augusta, en lo que fue la sede del banco Nacional Ultramarino, casi tocando a la Praça do Comércio, ha sido creado para albergar muestras de las obras y diseños creadas durante el siglo XX y XXI. Un lugar que permite admirar los objetos más relevantes de la historia del diseño, iconos de su tiempo, como pueden ser obras de John Galiano o Vivienne Westwood. Propuestas únicas, que se reinventan constantemente y que reflejan sobre nosotros el presente y el futuro. Es un proyecto museológico vivo, dinámico, con áreas de exposición, de divulgación  y convivencia, que contribuye de una forma muy especial a la regeneración urbana, dentro de un marco de cultura, creatividad e innovación, que late en uno de los barrios mas emblemáticos de la ciudad. La Baixa o Baixa Pombalina que hoy en día podemos visitar es fruto de la reconstrucción llevada a cabo de la mano del arquitecto Manuel da Maia después del terrible terremoto de 1755. Este área comprende una amplia zona de la ciudad, desde la Plaça do Comercio hasta la Praça do Rosio que realmente es la Praça Dom Pedro IV. En la Praça do Comercio, ubicada junto a los muelles de la estación marítimo-fluvial a la vera del Tajo, se yergue la estatua del Rey José I, monarca que reinaba durante el terremoto que asoló la ciudad y que posteriormente hizo posible su reconstrucción bajo la dirección del Marqués de Pombal. El arco Triunfal que ocupa el lado norte da acceso a  la Rua Agusta que lo cruza desde mar a montaña. Siguiéndola encontraremos boutiques de moda, zapaterías, cafés y restaurantes que le aportan un indudable atractivo. Subiendo por la misma Rua Agusta y antes de llegar a la Praça do Rosio, nos cruzamos con la Rua de Santa Justa. Es aquí, tanto de día o de noche, que podremos admirar el popular elevador de Santa Justa. Imponente estructura arquitectónica metálica, que sin duda recuerda a la Torre Eiffel, inaugurada en Junio de 1902, sigue en pleno funcionamiento. Inicialmente su cometido fue el de unir la Baixa Pombalina con el barrio de Chiado, aunque su servicio a día de hoy es plenamente turístico. En su interior se encuentran dos ascensores originales de la época en la que fue construido con capacidad para albergar a 24 personas por el que se accede a la plataforma que a su vez sirve de terraza. Desde allí se puede divisar una espléndida panorámica de la ciudad con el Castillo de San Jorge, la plaza del Rossio y el barrio de la Baixa e incluso la catedral.  Desde aquí accederemos por una pasarela hasta la parte posterior del Monasterio do Carmo, en ruinas desde que aconteció el devastador terremoto y actualmente Museo Arqueológico. Nos adentramos por la Rua da Trinidade hasta encontrar la Rua da Misericordia, que en dirección norte nos lleva hasta el Elevador da Gloria, que circula incesantemente desde la Avenida da Libertade hasta los pies del Jardínes de São Pedro de Alcántara, un mirador con una excelente panorámica que abarca desde el río Tajo hasta los jardines del parque de Eduardo VII.

Vital e innovador, las nuevas tendencias se dan cita en Chiado 

Paseando por Chiado advertimos el intenso ir venir de la muchedumbre que por su calles se concentra. Modernas tiendas con las últimas tendencias de la moda y de marcas sobradamente conocidas nos encontramos por doquier. Aunque uno de los puntos más popularmente concurrido es sin duda la afamada cafetería “A Brasileira” en la Rua Garret, punto de encuentro con la imperturbable estatua de bronce, del inmortalizado poeta Fernando Pessoa. Este local se ha convertido en una auténtica institución del Chiado cuyos orígenes datan del siglo XIX.

Tranvías y más tranvías, con un pausado ir y venir incesante, los encontramos en el cruce de la Rua Garret con la Rua da Misericordia. Justo delante de la Praça do Camoes  donde encontramos un popular quiosco de refrescos, punto de encuentro para cientos de chicos y chicas que aquí se dan cita, para adentrase de lleno el Barrio Alto.

Este enmarañado barrio, tupido de pequeños locales donde gente joven y emprendedora abre sus puerta a nuevas tendencias y estilos que le aportan un sello de diseño y estilo propio. En él se hayan estudios de interioristas, estilistas, modistos y restauradores, un barrio lleno de historias con un pasado en el que sus casas, sus monumentos y sobre todo sus gentes han apostado por Barrio Alto. Personas que han configurado el paisaje y la personalidad de este  barrio en su día a día. Por la noche el Barrio Alto se transforma. Sus angostas calles están prácticamente abarrotadas por jóvenes que invaden bares y pubs, aprovechando hasta el último minuto para vivir el trepidante palpitar de la noche lisboeta.

Alfama y el Castillo de San Jorge, inmutables reductos de la vieja Lisboa

Para iniciar el ascenso al Castillo, una de las opciones más interesantes es el popular tranvía nº 28, que tiene su punto de partida en la Praça Martín Moniz a pies del barrio de la Mouraira, hasta el mirador de Largo Portas do Sol. Durante la ascensión no dejará de asombrarnos por donde discurre su recorrido, subiendo por empinadas cuestas y serpenteando por angostas callejuelas. Llegados a este punto nos aguarda una majestuosa panorámica de la iglesia de Nossa Senhora da Graça,  lugar muy concurrido por turistas y visitantes. Este espléndido mirador apostado a levante, nos permite divisar en toda su magnitud el barrio de Alfama, en el que destaca la cúpula de la Iglesia. En la misma zona cabe destacar otro mirador, el de la Iglesia de Santa Lucia, desde el cual también podremos disfrutar de unas magníficas vistas. Éste es sin duda uno de los observatorios con más encanto de la ciudad. No podemos pasar de largo sin explorar los restos del Castelo do São Jorge. Desde su muralla divisamos la ciudad desde una perspectiva absolutamente dominante. Primigenio enclave Romano, Visigodos y Árabes lo ocuparon posteriormente, con una vasta historia entre sus paredes. En sus murallas, actualmente miradores,  se dan cita en los cálidos atardeceres, románticas parejas para disfrutar de las espectaculares puestas de sol sobre el río Tajo.  Visitando el interior de la fortificación y recorriendo el paseo de ronda, almenas y torreones nos brindan la oportunidad de contemplar una visión de la ciudad realmente sorprendente.

Saliendo del Castillo, es muy interesante bajar a pie por las sinuosas y empedradas calles del barrio de Alfama. Pasear actualmente por él es una experiencia de constantes descubrimientos de  singulares rincones que despertaran a cada paso nuestra curiosidad. El deambular erráticamente por Alfama es la mejor forma de conocerlo, y si tenemos la oportunidad de poder escuchar en alguno de los bares el inconfundible fado lisboeta, podemos darnos por satisfechos. Inexcusablemente nuestros pasos nos guiarán hasta el Largo da Sé. La vieja Catedral Portuguesa orientada hacia poniente, nos muestra orgullosa los elementos románicos que definen su fachada.

Descubre una Lisboa desde una óptica diferente

Una de las nuevas experiencias de Lisboa es la que nos ofrece la empresa Go Cars. Dispone de unos originales vehículos biplaza equipados con GPS para ayudarnos a recorrer las rutas previamente seleccionadas y aquellos lugares destacables y de interés. Un modo totalmente  dinámico e innovador de conocer la ciudad. Uno de los recorridos realmente sugerente y que nos llevó a dos de los lugares históricos por excelencia de Lisboa, la Torre de Belém y el Monasterio de los Jerónimos, pasando por una de las zonas de moda ubicada en la ribera del Tajo. Antigua zona industrial portuaria, es a día de hoy  el espacio de ocio nocturno más popular de la noche lisboeta.

Acariciada por las aguas del río Tajo, encontramos en nuestro recorrido la Torre de Belem datada en el año 1520. Los elementos que configuran su planta exterior le aportan parte de los más claros ejemplos de la arquitectura manuelina. El edificio de cinco plantas está formado por un baluarte hexagonal y una torre cuadrada. En cada una de sus seis esquinas tiene unas garitas de vigilancia cilíndricas a la vez que su torre que tiene cuatro. Desde su interior, en la terraza del cuarto piso podremos contemplar una magnífica vista de el Río Tajo con el monumento a los descubridores, el Monasterio de los Jerónimos y el barrio de Restrelo. Continuando nuestro recorrido seguimos hasta el Monasterio de los Jerónimos,  declarado patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1983. Mandado a construir por el rey Don Manuel I, sobre la iglesia que hizo erigir el Infante Dom Henrique, en lo que fueron las playas del antiguo Restrelo, punto donde atracaban las naves que entraban y salían de Lisboa. Este monumento que alberga en su interior dos sarcófagos, que según accedemos al entrar a la iglesia, encontramos uno a nuestra derecha, el del escritor Luis de Camões y a la izquierda el del insigne marino Vasco de Gama, obras realizada por Costa Mota en el año 1898. En el claustro también reposan los restos mortales del ilustre poeta Fernando Pessoa. Todo en si, es una obra de arte, su fachada, su puerta meridional, el claustro, su interior de impresionante amplitud  e intrincada y fabulosa decoración que abarca los ocho pilares octogonales que soportan la bóveda. Belleza arquitectónica sin par, que es admirada por todos aquellos que la visitan. No nos marcharemos sin haber deleitado nuestro paladar con el que es el símbolo gastronómico por excelencia de este lugar. Los pastéis de nata, deliciosos dulces de hojaldre rellenos de una crema densa con sabor a vainilla que se elaboran en la antigua confitería de Belém según una fórmula secreta originaria de las monjas que habitaban el Monasterio de los Jerónimos. Este lugar pasa por ser un genuino punto de peregrinación, donde foráneos y visitantes convergen para adquirir por cientos, estos placenteros dulces, que no deben comerse menos de dos ni más de tres.

La moderna Lisboa, mira hacia el mar 

El parque de las Naciones es otra de las zonas donde se concentra la moderna Lisboa. Fruto de la Expo 1998, se ha convertido en un nuevo punto de encuentro, con unas excelentes galerías comerciales, pabellones para congresos y exposiciones, junto con una destacable oferta de restaurantes y cafeterías, es sin duda un enclave de referencia de la Lisboa moderna en materia urbanística. Muestra de ello son la estación de Oriente y el puente de Calatrava, junto con el gran centro comercial Vasco de Gama, que nos ofrece una singular visión en su techo acristalado de movimiento continuo como si se tratase del oleaje del mar. Aquí se encuentra  el gran  Oceanario. A modo de gran burbuja orientada a los siete mares, alberga en su interior un inmenso acuario donde diferentes especies de todos los océanos se encuentran aquí representadas, acogiendo en sus instalaciones unos 15.000 ejemplares de aproximadamente 200 especies y siendo visitado por más de un millón de personas al año. Una excelente opción para pasar un rato agradable, sorprendente y espectacular.

OTRAS INFORMACIONES

CÓMO LLEGAR

La compañía TAP tiene vuelos diarios directos a Lisboa www.flytap.com desde Madrid, Barcelona, Bilbao, La Coruña, Málaga, Valencia y Sevilla.

DÓNDE COMER

Lisboa es una ciudad en la cual por lo general se come bien. Pero aquí el bacalao tiene su propio espacio. Es su plato nacional por excelencia, se  puede consumir de diferentes maneras: bacalao al lagareiro, el  bacalao a braz, el pastel de bacalao a base de patata y cebolla, los buñuelos o el bacalao agridulce son unas de las mil maneras que los lisboetas lo preparan.

Restaurante “Barrigas”

Travessa da Queimada, 31 T: +351 213 471 220

“Adega do Artur”, Rua Portas de Santo Antão, 42 T: +351 213 430 242

Restaurante “Hard Rock Café” Av. da Liberdade, 2 T: +351 213 245 280

Restaurante “Doca de Santo” Doca de Santo Amaro, armazém CP  T: +351 213 963 535

Restaurante “Esplanada Meninos do Rio” Rua da Cintura do Porto de Lisboa, Arm. 255 T: +351 212 751 380

Restaurante “A Outra Face da Lua” Rua da Assunção, 22 T: +351 218 863 430

Información turística adicional

Puedes consultar la Web oficial de Turismo de Lisboa www.visitlisboa.com.

ALOJAMIENTOS RECOMENDADOS

Las lista de posibles alojamientos de todos los precios es muy larga en Lisboa, aquí os detallamos algunos que hemos seleccionado que tienen una buena relación calidad precio: