Jerusalén un viaje más allá de la fe en Israel
No existe ninguna otra ciudad del mundo con más historia que Jerusalén, siendo punto focal del judaísmo, del cristianismo y del Islam. Por ello os proponemos descubrir Jerusalén un viaje más allá de la fe en Israel.
Desde los días de Jesucristo, la ciudad ha sido conquistada once veces y destruida totalmente cinco. En ningún lugar santo del mundo han corrido tantos ríos de sangre como aquí.
En ningún lugar se ha luchado con tal rencor ni se han odiado tan profundamente unos y otros. Sin embargo, tampoco en ningún lugar se han rezado tantas oraciones como en Jerusalén.
LA CIUDAD VIEJA
Jerusalén un viaje más allá de la fe en Israel, aunque la ciudad está dividida en dos zonas, la occidental y la oriental. Es aquí, la parte oriental, donde se encuentra la ciudad vieja. Totalmente amurallada, cuenta con ocho puertas.
Siete están abiertas y una permanece sellada. Las cuatro puertas principales son la de Puerta de Yafo (Jaffa), la Puerta de Damasco, la Puerta de los Leones y la Puerta de Sión que fueron construidas de acuerdo a los cuatro puntos cardinales.
Las otras tres, son la Puerta Nueva, la Puerta de Herodes y la Puerta de Dung. La Puerta Dorada, la única que está sellada, es llamada en hebreo y árabe la “Puerta de la Misericordia“.
De acuerdo a la tradición judía, por esta puerta el Mesías entrará de nuevo en Jerusalén. Para impedir la entrada del Mesías, los árabes la sellaron hace siglos y levantaron ante ella un cementerio musulmán, ya que el Sumo Sacerdote tiene prohibido atravesar un cementerio.
Dentro de ella, se encuentra la explanada de las mezquitas y un centro de estudios islámicos. Para conocer la ciudad vieja, hay que visitarla de día en primera instancia, de esta forma localizarás todos los emplazamientos históricos y podrás acceder a ellos para realizar la visita de rigor.
Cuando ya estés familiarizado con los barrios y zonas que sean de tu interés, lo ideal, sería dejarte caer justo cuando empieza el anochecer, y recorrer todas sus callejuelas.
Esto te permitirá, en un ambiente mucho más tranquilo y sin apenas gente por las calles, disfrutar de un Jerusalén distinto.
QUÉ VISITAR
Es muy importante planificar bien la visita a Jerusalén un viaje más allá de la fe en Israel. Lo primero que hay que hacer, aunque la impaciencia no nos lo permitirá, es conocer los alrededores de la vieja ciudad.
Una perspectiva global nos la ofrece el Monte de Los Olivos, concretamente desde el mirador de Rejoboam. Desde aquí, disfrutaremos de las mejores vistas de Jerusalén, localizando prácticamente todos los lugares sagrados.
En ese momento, podrás decir “Por fin, estoy en Jerusalén“. Es entonces cuando todo tipo de pensamientos empezarán a invadir tu cabeza.
¿Dónde está el huerto de Getsemani donde rezó Jesús por última vez?¿Está aquí cerca la tumba de la Virgen María?¿La puerta tapiada que se ve aquí en frente es la Puerta Dorada?¡Mira! ¡Lo de delante es la explanada de las mezquitas! ¡Allí al fondo está el Santo Sepulcro!
Todos esos lugares que hemos visto una y otra vez en películas, que hemos leído en libros de historia, y evidentemente, en la propia Biblia, nos invadirán la mente en pocos segundos.
Hay cuatro visitas que son imprescindibles entre el centenar de lugares a escoger para ver dentro de las murallas de la ciudad vieja.
Éstas son, La Vía Dolorosa, que cruza el Barrio Musulmán y el Barrio Cristiano y nos lleva hasta Santo Sepulcro. Luego, tras cruzar el Barrio Judío, llegarás a la gran Plaza del Muro de las Lamentaciones, no sin antes tener que pasar por rigurosos controles de seguridad, similares a los de los aeropuertos.
Luego te recomendamos dirigirte, cruzando el Barrio Judío y hasta el Barrio Armenio, a la Torre de David justo al lado de la Puerta de Jaffa.
Otra visita imprescindible, es el Museo del Holocausto -Yad Vashem– que se encuentra a las afueras de Jerusalén.
A poco más de 25 minutos se halla este complejo de museos donde cuenta de forma visual todo lo que fue y significó el holocausto del pueblo judío.
LA VÍA DOLOROSA
Este es el camino que Jesús emprendió una vez juzgado por Poncio Pilatos para dirigirse al Calvario sitio de su crucifixión.
A lo largo de este Vía Crucis encontrarás 14 estaciones, don de hay una capilla o una señal que ilustra el episodio sucedido en los últimos pasos de Jesús.
Este recorrido por las calles de la vieja ciudad de Jerusalén suele ser muy concurrido tanto por turistas como fieles los cuales suelen emocionarse al pisar por donde Jesús fue humillado y castigado mientras arrastraba la cruz de madera que luego seria utilizada para su crucifixión.
Las cinco últimas estaciones se encuentran dentro de la Basílica del Santo Sepulcro.
SANTO SEPULCRO
Visitado por miles de personas al día, como lo podría ser una atracción más de cualquier otra ciudad del mundo, Jerusalén un viaje más allá de la fe en Israel, aquí la devoción y la fe que procesan sus visitantes se contagia aunque uno no quiera o crea.
No es fanatismo lo que se respira, sino fe, una extraña sensación de pensamiento que es transmitida a través de las caras y gestos de la gente.
La emoción les invade todo el cuerpo al pensar que están donde se produjo la crucifixión, enterramiento y resurrección de Cristo.
EL MURO OCCIDENTAL
Durante los últimos 2000 años el Muro Occidental, más conocido con el nombre del Muro de las Lamentaciones, ha sido centro de la memoria histórica del pueblo judío.
Es el único vestigio del Gran Templo que sobrevivió a la destrucción de los romanos y según la tradición, la Presencia Divina nunca lo abandonó.
Para entender exactamente cual es su importancia, debemos hacer un poco de historia al respecto, algo que tendremos que hacer si queremos comprender el significado de cada lugar histórico y rincón de Jerusalén.
Salomón mandó construir el Primer Templo sobre la era que su padre, el rey David hace unos 3000 años. Fue destruido por el conquistador babilonio Nabucodonosor en el 586 a.C. y reconstruido 70 años más tarde.
Herodes lo restauró devolviéndole su gloria original hace 2000 años. Su esplendor era tal, que se decía “Quien no vio el Templo de Herodes, no ha visto un edificio de verdadera belleza en su vida”. En el año 70 d.C., el templo fue destruido por los romanos.
A pesar que éste fue quemado por completo y sus piedras dispersas, el Muro occidental se mantuvo intacto.
Fue el profeta Isaías quien llamó al Templo “Una casa para todas las naciones”. Convirtiéndose en centro universal de espiritualidad, despierta reflexiones y emociones entre judíos y no judíos, reforzando el vínculo íntimo entre el individuo y Dios.
Hoy, personas llegadas de todas partes del mundo, se reúnen aquí para contemplar y orar ante el muro, al tiempo que colocan notas, perdidos y súplicas entre sus piedras eternas en Jerusalén un viaje más allá de la fe en Israel.
La Explanada del Muro de las Lamentaciones
Es la gran plaza abierta frente al muro que sirve para magnificar este sagrado lugar y ser utilizado para ceremonias públicas como la Bendición de Sacerdotes (Birkat Hacohanim) durante las fiestas de Pacua (Pésaj) y el Sucot o la celebración del Día de la Reunificación de Jerusalén entre otras.
Quizás, popularmente es más conocida por ser el lugar de celebración del Bar y Bat-Mitzvá de los jóvenes, festividad que marca el paso de la infancia a la adolescencia.
Hasta la reunificación de la ciudad en 1967, el Muro no retornó al control judío, fue entonces cuando la explanada fue completamente abierta y se facilitó el acceso a todos los visitantes.
Sólo 57 metros de los 488m del Muro limita con la Explanada de Oraciones. Aproximadamente otros 81 metros se extienden a la derecha del visitante -de cara al Muro- y otros 350 metros a la izquierda, hacia los Túneles del Muro Occidental.
Estos túneles cruzan una serie de cámaras subterráneas, antiguos acueductos y cisternas, hasta convertirse en un estrecho pasadizo que desemboca en plena Vía Dolorosa. Todo el mundo es igual frente al Muro.
El tocar sus piedras, los pensamientos y las sensaciones se consumen y lo insignificante se desvanece. El Muro ha resistido al tiempo; ha sido testigo de épocas de guerra y de paz, de destrucción y muerte y renacimiento.
Durante generaciones ha oído las plegarias de quienes se acercaban a sus piedras. Jerusalén un viaje más allá de la fe en Israel, la única forma de sentir, comprender y vivir una experiencia tan íntima y singular, es acercarse a él.
LA TORRE DE DAVID
La Torre de David es uno de los lugares arqueológicos e históricos más importantes de Jerusalén y, con el paso de las generaciones, también se ha convertido en símbolo de la ciudad.
Cuenta con testimonios de casi todos los períodos, mostrando una completa perspectiva del pasado de Jerusalén. Esto hace que La Torre de David sea de gran interés para los miembros de las tres principales religiones monoteístas.
La fortaleza se encuentra próxima a la Puerta de Jaffa, antigua entrada a la ciudad de Jerusalén. Su Museo presenta la saga de Jerusalén centrándose en los principales sucesos de su historia, desde los primeros testimonios de su existencia en el segundo milenio antes de la era cristiana, hasta el momento en que Jerusalén se convirtió en la capital del Estado de Israel.
MUSEO DEL HOLOCAUSTO
Como monumento vivo del pueblo judío al Holocausto, el complejo museológico Yad Vashem salvaguarda la memoria del pasado e imparte su significado para el futuro.
Establecido en 1953 como centro mundial de documentación, investigación, educación y conmemoración del Holocausto, Yad Vashem es hoy un sitio dinámico y vital de encuentro internacional e intergeneracional.
El complejo cuenta con varios edificios y enclaves al aire libre todos ellos relacionados con el Holocausto y que ofrecen distintas formar de ver y entenderlo.
El edificio principal es el Museo de Historia del Holocausto cuenta con nueve galerías subterráneas que narran la historia del Holocausto desde el punto de vista del pueblo judío de forma cronológica y tematizada.
Toda la exposición cuanta con objetos originales, documentos y testimonios reales mediante fotografías y vídeos de los supervivientes.
Al final del recorrido del museo, se encuentra la Sala de los Nombres, donde los datos de millones de víctimas han sido inscritos en hojas de testimonio, simbólicas lápidas creadas por los propios supervivientes en memoria de sus seres queridos, y preservadas para siempre aquí.
El resto del complejo, cuenta con edificios como la Cripta del Recuerdo o la Escuela Internacional para Estudios del Holocausto.
Al aire libre encontrarás el Memorial a los Niños, tributo al millón y medio de niños judíos que perecieron durante el Holocausto.
El Vagón de Carga, es otro memorial que se encuentra aquí, este en homenaje a los millones de judíos deportados como animales en vagones de carga procedentes de todas partes de Europa y que se dirigían hacia los campos de exterminio.
Para visitar este impresionante complejo, es preciso que le dediques un día entero dentro de tu visita a Jerusalén.
MÁS INFORMACIÓN TURÍSTICA: https://info.goisrael.com/es/
