Malta, el secreto mejor guardado del Mediterráneo

Malta, el secreto mejor guardado del Mediterráneo

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La Valletta, Floriana y las Tres Ciudades

La estrella de Malta es la Valletta. Construida por Francesco Laparelli da Cortona con ayuda del maltés Geralamo Cassar en el siglo XV, proyectaron una ciudad que resistiría la temible amenaza turca. Como emplazamiento se eligió una península rocosa dando lugar a la primera ciudad de Europa que fue planificada. El resultado fue una maravilla que conserva su estructura en perfecto estado.

Casi todo el mundo prefiere entrar por la Puerta de la Ciudad, así pues, se llega a la calle principal, Republic Street. Es peatonal, y se encuentra repleta de negocios, tiendas, y lugares donde comer. Se extiende durante un kilómetro y medio para finalizar en el Fuerte de St. Elmo, en el extremo opuesto de la ciudad, atravesando plazas, y calles que cruzan perpendicularmente que dan a parar a los puertos, un desnivel salvado por los característicos escalones, confiriéndole una estética imponente.
Para visitarla, lo mejor es darse un paseo por la mañana, cuando todo está abierto. La pequeña ciudad, rebosante de vida y expone todo su esplendor. No puedes perderte las visitas al Albergue de Castilla y León, La Bibliotheca, la Casa Rocca Piccola, el Museo Nacional de Bellas Artes, el Palacio de los Grandes Maestres y la espectacular Co-Catedral de St. John.

El Albergue de Castilla y León, del siglo XVI, posee una imponente fachada de estilo barroco, está estratégicamente emplazado cerca de las murallas y es un ejemplo claro de la arquitectura maltesa. Fue el cuartel general de los británicos y hoy en día es la sede del Primer Ministro.
La Bibliotheca es un edificio de grandes dimensiones de estilo veneciano, siendo uno de los últimos encargos de la Orden de los Caballeros de Malta. Alberga aproximadamente medio millón de ejemplares únicos, de gran valor, de los cuales se pueden observar una excepcional muestra. Todos los documentos relacionados con la Orden de los Caballeros de Malta se encuentra archivado aquí.

La Casa Rocca Piccola es una mansión de 1850 que merece la visita. Construida en el siglo XVI por el caballero Pietro La Rocca, y hoy en día alberga innumerables obras de arte, como por ejemplo, una curiosa capilla portátil. También puede visitarse los túneles subterráneos que sirvieron de búnkeres para protegerse de los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial.

El Museo Nacional de Bellas Artes es un edificio repleto de historia, ya que en su día falleció Carlos de Orleans. En sus treinta salas se pueden contemplar pinturas de diferentes siglos y estilos.
El Palacio de los Grandes Maestres es un edificio de dos plantas que encierran dos patios, el de Neptuno y el del Príncipe Alfredo. Su interior está decorado con frisos que cuentan la historia de la Orden de los Caballeros de Malta, y en sus diferentes salas puede apreciarse parte de la historia del país. Una de las estancias más impresionantes es la Armería, donde se exponen centenares de armaduras y armas de la época de la Orden.

La Co-Catedral de St. John (San Juan) es toda en sí una obra de arte. Aunque su exterior es algo simple, su interior descubre un barroco donde el esplendor de la Orden y su riqueza quedan patentes en las obras de arte. Construida por Gerolamo Cassar fue la iglesia conventual de la Orden de los Caballeros de San Juan hasta el siglo XVIII. La riqueza de su interior empequeñece al visitante, rediseñado por Mattia Preti, lo primero que nos sorprende es su suelo, repleto de lápidas de mármol de diferentes colores de las tumbas de los Caballeros. Su riqueza tiene como explicación la de que cada caballero, al ser ordenado aquí, debía donar un tesoro a la iglesia de la Orden. En el interior de una de las capillas, se expone una imponente cuadro de grandes dimensiones de Caravaggio.

La Floriana es un suburbio de la Valletta que fue muy dañado por los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial. Construido en su día para fortalecer aún más las defensas de la Valletta por Paolo Floriani, un ingeniero militar italiano enviado por el Papa en 1634. Aquí se encuentra el fuerte de San Telmo, situado en el extremo de la península y levantado para la Orden de San Juan. Su forma de estrella le daba una ventaja a la hora de posicionar las torres de los vigías y cubrir la entrada a los dos puertos. Durante los Siglos XIX y XX fue un importante enclave de la artillería británica. Como curiosidad, fue uno de los exteriores que se utilizó para rodar la famosa película El Expreso de Medianoche. También merece la pena darse una vuelta por la Plaza de la República y tomarse un café en alguno de los bares con terraza. Para los más inquietos y curiosos, la visita a los jardines de Upper Barracca serán un placer, en primer lugar por las vistas que desde allí se tienen del otro lado de la bahía, y porque podrás hacerte una foto, por un euro, con los oficiales que se encargan de la salva del cañón, que tiene lugar cada día a las doce en punto del mediodía. Una ceremonia llena de pompa inglesa y que es una de las atracciones del lugar. Es recomendable llegar con tiempo para escoger un buen lugar para hacer fotos o filmar la salva, ya que después se llena de gente. Otra de las visitas interesantes es la Sacra Enfermería, una de las obras más antiguas de la Valletta. Hoy en día es un centro de convenciones que alberga una exposición interactiva de cómo se utilizaba la enfermería en la época de la Orden de los Caballeros y el Malta Experience, un interesante audiovisual en diferentes idiomas (también es castellano) que te explica toda la historia de Malta de forma sencilla y entendedora. Para los más estudiosos o los curiosos, pueden visitar el Museo Nacional de la Guerra, donde se hayan expuestos multitud de recuerdos de la Segunda Guerra Mundial, entre ellos, el dañado biplano Gladiator, que formaba parte de las tres aeronaves que defendieron los cielos de Malta en 1940.

Las Tres Ciudades, Vittoriosa, Senglea y Cospicua, dan claro ejemplo de la trayectoria del país, y por ello se las considera la cuna de la historia de Malta. Fortaleza y hogar de la gente que se asentaron en las islas, sus puertos han sido testigos de los visitantes hostiles y no hostiles, y fueron el primer hogar de los Caballeros de San Juan. Sus palacios, iglesias, fuertes y bastiones son mucho más antiguos que los de Valletta. Dependiendo del tiempo de tu estancia en Malta puedes dedicarle más o menos tiempo a visitarlas, pero vale la pena, por lo menos darse una vueltecita por ellas a pie, o un paseo en una de las barcas tradicionales que realizan un recorridos por los puertas de las ciudades. Una oportunidad para apreciar desde el mar la belleza de la ciudad.

Mdina y Rabat

Para hacerte una idea de cómo es Mdina, debes tener en cuenta que nos encontramos ante una ciudad amurallada situada en una colina en el centro de Malta y fue la capital del país hasta que se sustituyó por La Valeta en 1570. Los romanos la llamaron Melita, por la calidad de la miel que allí se hallaba, pero fueron los árabes los que construirían esas murallas de casi veinte metros, dejando fuera de ella a los más pobres, pueblo que más tarde se convertiría en Rabat. Mdina se ha convertido en un “must” de Malta, una visita obligada para el viajero que no puede perderse la belleza que le espera dentro y fuera de las murallas. Las fortificaciones medievales, las estrechas callejuelas, las catacumbas y restos romanos son algunos de los puntos de interés de la ciudad. Para aprovechar bien una visita a Mdina, te sugerimos que empieces por Magazine Street y la Puerta de los Griegos. La susodicha calle, también llamada Triq L-Imhazen, ofrece un sinfín de detalles para fotografiar, como por ejemplo, las magníficas tallas de piedra arenisca que adornan los ventanales.

La Puerta de los Griegos es el principal acceso al recinto amurallado. Fue la pequeña colonia de griega venida de Rodas con los Caballeros la que le dio nombre y es muy típico ver como los turistas se hacen fotografías con ella de fondo. Podemos seguir la visita por el Palazzo Falzon, de estilo sículo-normando, a destacar por el diseño de sus puertas, ventanas y sus correspondientes ventanas. El palacio data del siglo XV y alberga un pequeño museo de antigüedades y otras curiosidades, aparte de un patio interior encantador. Es una buena manera de conocer como vivía la clase alta de la ciudad en el pasado. Otro palacio interesante es el de Santa Sophia, que además es el edificio más antiguo de Mdina datado en 1233. La primera planta es medieval, mientras que la segunda de estilo sículo-normando fue añadido a posteriori. El Palazzo Vilhena se alza majestoso construido por el Gran Maestre de Vilhena en el siglo XVIII. En un principio su destino era ser una residencia privada, con el paso del tiempo se transformó en un tribunal de justicia, y como consecuencia de ello, se creó una prisión en la planta más inferior. Hoy en día, albergan las Mazmorras de Mdina, que hacen las delicias de los más jóvenes con sus figuras de cera y sus escenas de horror. También aloja el Museo de Historia Natural. Una exposición que gustará a jóvenes y no tan jóvenes es la de los Caballeros de Malta en la Casa Magazzini, que exhibe más de 120 figuras de tamaño natural.

Ya en Rabat, una buena visita es la del Museo de Antigüedades Romanas, donde se encuentran los restos de una casa romana descubierta en 1881 en las afueras de Mdina. Se conservan los mosaicos originales de la casa, rodeados de columnas y bustos encontrados por todo el país. De entre sus piezas destaca un artefacto que utilizaban los romanos para extraer los huesos de las aceitunas y así poder hacer aceite tan sólo con la pulpa de la oliva. Y quizás, la más tenebrosa de las visitas es la de las catacumbas de San Pablo. Se trata de un complejo de tres kilómetros cuadrados de tumbas vacías, claustrofóbicas, e intrigantes que se encuentra debajo de la ciudad de Rabat. Un laberinto de corredores que contienen diferentes tipos de tumbas, todas saqueadas desde hace tiempo. Junto a ellas, se encuentran también las catacumbas de Santa Ágata, situadas bajo la iglesia, y destacan por la calidad de sus frescos dedicados a la santa y otras figuras de la cristiandad.

Masaxlokky y La Gruta Azul

El sur de las isla nos prepara dos gratas sorpresas que nos dejarán boquiabiertos. En primer lugar la ciudad de Marsaxlokk y su mercado de pescado, todo un clásico. Marsaxlokk es una ciudad que vive de cara al mar y al turismo, por supuesto. Situada al sureste de la isla, posee un puerto de pequeñas dimensiones, pero resulta encantador e irresistible para la mirada del fotógrafo. Las pequeñas embarcaciones de pesca, pintadas de color amarillo, azul, rojo y blanco inundan el puerto, ancladas de forma estratégica, para la panorámica perfecta. Todas ellas poseen el ojo protector de Osiris que protege al navegante de las inclemencias del mar y del mal de ojo. Marsaxlokk es también un punto de referencia en el pasado de la isla. A poca distancia del pueblo, podrás encontrar unas excavaciones, las de Tas Silg. En este pintoresco lugar se encuentran los restos de construcciones neolíticas, dañados por las superposición de estructuras bizantinas junto con los restos de la única mezquita de la isla. La preciosa vista de la bahía de Marsaxlokk, de la que forma parte el puerto de los pescadores es imponente. En dicho puerto, tiene lugar cada domingo un mercado popular en el que los pescadores venden el pescado traído directamente del mar. Los puestos de pescado se instalan en el malecón literalmente pegado al mercado general, donde se pueden adquirir encajes típicos de Malta, productos típicos, como la miel, el pan maltés, la deliciosa pasta de tomate seco, los dulces típicos del país, souvenirs de todo tipo, entre otras muchas cosas. La excursión puede derivar en casi todo el día si quieres ir tranquilamente a tu aire.

La segunda gran sorpresa del sur de la isla de Malta es la espectacular Gruta Azul. La costa del suroeste es escarpada y repleta de precipicios, sin embargo, en algunos puntos muy concretos bajan hasta el nivel del mar formando curiosas aperturas. Como si se tratase de un fiordo en miniatura, el estrecho brazo de mar sirve de refugio para las barcas cunado hace buen tiempo. En Wied iz-Zurrieq todavía siguen utilizándose, no para pescar, sino para llevar a los turistas a visitar, si el mar lo permite, la Gruta Azul, que se encuentra muy próxima a este pequeño pueblecito. Los pescadores de siempre han tenido conocimiento de la gruta, cuyo fondo es de un color azul intenso. Durante la Segunda Guerra Mundial, la gente se refugiaba dentro de ellas en las barcas, alejados del peligros de las bombas. El viaje en una de estas barquitas vale la pena, aunque dependerá del caprichoso mar que se pueda visitar, ya que a veces aunque haga buen tiempo el mar es traicionero, pero los pescadores, sabios, conocen cuando el estado del mar es propicio para ello. Así que si llegas y no salen las barcas, es por tu propia seguridad. De todos modos, existe un mirador donde poder sacarte algunas fotos. No es tan espectacular como desde el nivel del mar en la barquita, pero vale la pena. Como curiosidad, y si por casualidad te quedas en tierra, como premio de consolación puedes recurrir a hacer alguna foto a la isla de Filfla, reserva natural y a la que no se puede acceder de ningún modo.

MEGALÍTICO: Hagar Qim y Mnajdra

Nos encontramos ante dos conjuntos megalíticos que fueron realizados mil años antes que las grandes pirámides de Egipto. Es por esta razón que la visita a este conjunto de restos de arquitectura megalítica es obligatoria. Este es un buen ejemplo de la complejidad de la sociedad que vivió en Malta hace más de tres mil años. El primer emplazamiento es Hagar Qim, que fue descubierto en 1839 y está formado por un habitáculos con forma oval que forman la silueta de un trébol. Las dimensiones de la piedra denotan que eran grandes ingenieros, ya que sino no hubieran podido trabajar con piedras de ese tamaño tan colosal. Las decoraciones han persistido en el tiempo y puede llegar a intuirse una especie de espirales y pequeños agujeros distribuidos de forma intuitiva. El segundo de los emplazamientos es Mnajdra, que se encuentra unos diez minutos andando desde Hagar Qim, y que está perfectamente señalizado. Mejor conservado que Hagar Qim, en estos tres templos, se hayan también los mismos motivos decorativos. Amurallados los tres, se le supone que también compartían una cubierta. El templo exterior posee santuarios y nichos, pilones fortificados que soportan una especie de dintel arcaico. La vista desde la lejanía ya puede darte una proporción del conjunto y sus características, desde luego, para las fotografías necesitarás el gran angular. Ambos conjuntos están relacionados con el culto de adoración a la fertilidad por la presencia de figuras femeninas de entradas en carnes, signo inequívoco de ello. Todos los restos de figuras y otros utensilios pueden verse en el Museo de Arqueología de La Valletta. La verdad es que imponen las dimensiones de estas construcciones, ya que en aquel tiempo no existían ni las grúas ni los adelantos que hoy en día se tienen para trabajar en estas dimensiones. Por eso os recomendamos la visita al Museo Arqueológico, que, quizás os despeje algunas dudas sobre ello.

 

Más información: www.visitmalta.com

 

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