El paraíso está en el Mediterráneo

El paraíso está en el Mediterráneo

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La isla de Cerdeña es uno de los últimos secretos del Mediterráneo. Lejos de muchos circuitos turísticos tradicionales, la isla cautiva al visitante por su extraordinaria combinación de contrastes. Sus playas, con calas recónditas, están bañadas por aguas de un azul turquesa. En el interior, sus senderos son rutas perfectas para los amantes de la montaña. Además, la isla conserva vestigios prehistóricos y arqueológicos de gran riqueza cultural, fruto de los numerosos contactos entre civilizaciones y pueblos que llegaron a la isla en el pasado y que dejaron una rica tradición de celebraciones y una gastronomía variada y exquisita.

Playas en un entorno natural

Los amantes del mar y el relax bajo el sol están de enhorabuena en Cerdeña, ya que esta isla dispone de algunas de las mejores playas de todo el Mediterráneo. Las posibilidades son enormes: grandes arenales con campos de dunas (como Capo Comino, al este o Bosa Marina, al oeste) o calas de aguas cristalinas y turquesas (como Cala Luna o Cala Mariolu, al este, o Cala Sapone, al sur). El archipiélago de la Maddalena, al norte de la isla, está formado por cuatro islas mayores (La Maddalena, Caprera, Santo Stefano y Spargi) y otras menores, como Budelli, célebre por su playa de arena rosa (Cala Rosa) formada por fragmentos de coral, granito y cáscaras de moluscos.

La exclusiva costa Smeralda, en el noreste de la isla, es famosa por ser destino de muchas celebridades del cine, la política y el deporte. Se articula en pequeñas y profundas ensenadas, parecidas a fiordos, encajadas entre promontorios de rocas graníticas que el tiempo ha labrado en formas extravagantes. Calas de arena blanca como Liscia di Vacca o Cala di Volpe ofrecen aguas cristalinas y una rica vegetación mediterránea.

En el litoral de la isla se extiende una serie de grutas subterráneas, entre las que destaca la cueva de Neptuno, en Capo Caccia (cerca de Alghero), con espectaculares formaciones de tipo calcáreo. A esta gruta se puede acceder en barco o a través de la escalera del Cabirol, una larga escalinata construida en el acantilado en 1954 que desciende hasta un gran lago de 120 metros de largo, del que afloran enormes columnas formadas por la unión de estalactitas y estalagmitas.

El sabor mediterráneo

La gastronomía de Cerdeña es rica, variada y con mucho sabor. Destacan productos como la pasta (culurgionis, raviolis rellenos de patata en forma de espiga de trigo y los malloreddus, también llamados gnochetti sardi), el cochinillo asado (maialetto arrosto), embutidos, queso de oveja (pecorino), miel, aceite de oliva y el carasau, pan típico de la zona de larga conservación.

Los amaretti, compuestos de una pasta de almendras dulces y amargas, se consumen en grandes reuniones como bodas, bautizos y aniversarios. Los amantes del buen vino pueden degustar grandes caldos de calidad como los Monica (Cagliari); Cannonau, Vermentino y Nuragus (blancos de Gallura y Cagliari); de los vinos dulces, el Moscatel y Nasco pero indudablemente son una especialidad la Vernaccia de Oristano y la Malvasia de Bosa, como acompañamiento de postres o dulces típicos de la isla o como aperitivo.

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