Interlaken en invierno: nieve, lagos y experiencias que van mucho más allá del esquí
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Interlaken en invierno ofrece esquí, trineo nocturno, kayak en lago helado, senderos panorámicos y vuelos en parapente sobre los Alpes. Guía completa para planear tu viaje.

Un invierno diferente entre dos lagos y tres montañas legendarias

Quien mira el mapa de Suiza con calma, tarde o temprano acaba fijándose en un punto ubicado entre dos lagos: el Thun y el Brienz. Allí está Interlaken, una ciudad pequeña que concentra algo poco habitual en el invierno alpino: nieve, agua, deporte, silencio, vértigo y calma… todo a la vez.

No es solo un destino de esquí. Es un lugar donde un día puede empezar con un descenso entre glaciares y terminar sobre un lago inmóvil, en kayak, con las montañas reflejadas sobre el agua helada. Por eso cada vez más viajeros la eligen no solo para deslizarse por pistas, sino para vivir el invierno desde muchos ángulos.

Jungfrau Ski Region: más de 200 kilómetros de pistas con vistas al Eiger

Cuando se habla de esquiar en Interlaken, el nombre que aparece en todas partes es Jungfrau Ski Region: una red de más de 200 kilómetros de pistas que une Grindelwald–Wengen, Grindelwald-First y Mürren–Schilthorn. Hay espacio para todos: debutantes, esquiadores tranquilos y amantes de las pendientes largas.

Lo mejor es que casi todo se hace con la mirada puesta en un trío inolvidable: Eiger, Mönch y Jungfrau, tres picos que parecen custodiar el valle. En lugar de aparcamientos enormes, aquí el día de esquí empieza en un andén. Los trenes de Jungfrau Railways llevan a los esquiadores hasta los remontes, y la góndola Eiger Express reduce el ascenso desde Grindelwald Terminal a Eigergletscher a solo 15 minutos. Más tiempo en las pistas, menos traslados. Es un detalle que marca la diferencia.

Snowboarden im Skigebiet Grindelwald-First. Aufgenommen am 15.02.2017 in Grindelwald ©David Birri

Trineo, senderos y nieve sin prisas: el invierno más relajado

No todo el mundo quiere pasar el día entero sobre unos esquís. En Interlaken hay otra cara del invierno que se disfruta sin técnica ni velocidad. El ejemplo más famoso es Eiger Run, una pista de trineo de 3,5 kilómetros entre Alpiglen y Brandegg, iluminada por la noche y perfecta para cerrar el día con una fondue caliente en una cabaña. Es simple, divertido y casi cinematográfico: la pared norte del Eiger arriba, el valle encendido abajo.

Para quienes prefieren caminar, la región tiene más de 100 kilómetros de senderos invernales acondicionados, con vistas abiertas desde balcones naturales como Männlichen, Winteregg o Mürren. Rutas como Grütschalp–Winteregg–Mürren o Männlichen–Kleine Scheidegg permiten sentir la montaña sin necesitar esquís ni raquetas. Son paseos que crujen bajo las botas y regalan miradores en cada curva.

Dave Storey von der Kajakschule Hightide mit einer Gruppe auf dem Brienzersee.

Entre el hielo y el agua: kayak invernal y cruceros silenciosos

Interlaken tiene un rasgo que la diferencia del resto de destinos alpinos: los lagos están presentes incluso en invierno. No es solo un paisaje de montaña, sino una mezcla muy poco habitual de nieve, agua y piedra.

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En el lago Brienz, el kayak invernal permite remar entre acantilados soleados y pueblos que parecen suspendidos en el frío. Se navega con traje térmico y guía, y funciona incluso cuando cae nieve. Es una forma de descubrir el invierno en silencio, sin motores ni pistas.

En el lago Thun, los cruceros invernales unen Thun e Interlaken con barcos climatizados y grandes ventanales. El ritmo es lento, perfecto para descansar después de una jornada de deporte y ver cómo las montañas se tiñen de azul al atardecer.

El invierno también se vive en el aire: vuelos en parapente

Interlaken es uno de los lugares más conocidos del mundo para volar en parapente en tándem, y el invierno no cambia eso, solo lo acentúa. Las corrientes frías del valle hacen que el despegue desde Beatenberg sea aún más estable, y sobrevolar los lagos helados con las montañas teñidas de luz dorada es una postal que no hace falta retocar. El vuelo no es solo una actividad: se convierte en una forma de ver el invierno desde otro plano.

Adrenalina suave y hielo bajo los pies

Quien quiera emociones sin necesidad de volar tiene otras opciones. En Birg, cerca del Schilthorn, el Thrill Walk recorre una pasarela de acero y vidrio anclada al acantilado. Está abierta todo el invierno y regala vistas que hacen que uno se frene antes de mirar hacia abajo.

Más cerca del centro, el Eissportzentrum Bödeli abre su pista de hielo para patinaje y curling. Y si se busca una forma tranquila de moverse por el valle, el fondo de Lauterbrunnen ofrece pistas de esquí de fondo junto al río Lütschine, rodeadas de cascadas congeladas y paredes verticales. También existe la posibilidad de recorrer la zona de Habkern–Lombachalp con raquetas, donde el paisaje se vuelve casi silencioso, con vistas al lago Thun y, si hay suerte, animales alpinos.

Moverse sin estrés: trenes, góndolas y días sin coche

Una de las claves de Interlaken es que la movilidad está resuelta. No hace falta conducir, preocuparse por el hielo o buscar aparcamiento: trenes, teleféricos y buses enlazan todo con una precisión casi coreografiada. En un solo día es posible esquiar por la mañana, bajar en trineo por la tarde y cenar junto al lago sin tocar el coche.

Ese equilibrio se nota también en lo cotidiano: una fondue después del último remonte, un spa con vista al Eiger, un vino blanco local frente a una chimenea. El invierno aquí funciona sin ruido ni carreras, como si la propia región marcara un ritmo más tranquilo.

Eiger Express: la velocidad hecha silencio

El Eiger Express merece mención aparte. La góndola tricable asciende desde Grindelwald Terminal a Eigergletscher en solo 15 minutos, flotando frente a una de las paredes más famosas del alpinismo. Su diseño reduce estructuras de soporte, lo que permite conservar los bosques y el paisaje original. Esa mezcla de tecnología y respeto por el entorno se nota incluso en el trayecto: las cabinas se deslizan sin vibración y el paisaje parece una película proyectada en tiempo real.

Cómo llegar a Interlaken en invierno

Interlaken se conecta fácilmente con Zúrich, Basilea y Ginebra por tren directo. Desde España, la opción más común es volar a Zúrich y enlazar por ferrocarril hasta Interlaken Ost (unas 2 h). También es posible llegar en coche, aunque muchos viajeros optan por no usarlo una vez instalados.

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Más información oficial:
www.jungfrau.ch
www.interlaken.ch