Las seis mejores playas de Brasil, unas vacaciones inolvidables

Las seis mejores playas de Brasil, unas vacaciones inolvidables

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Tras meses de trabajo, llegó el momento de planear las vacaciones de Navidad y nada mejor que irse a Brasil, un país de dimensiones gigantescas, playas paradisíacas por todo el Océano Atlántico y clima agradable el año entero.

El país ofrece opciones de Norte a Sur para todos los gustos: playas desiertas o con mucho movimiento, de aguas calientes o frías, azules o verdes. En los más de 7.400 kilómetros de litoral, el visitante encontrará su playa preferida acorde a su preferencia y a su presupuesto. Algunas poseen grandes hoteles y restaurantes, mientras otras están casi despobladas.
Para las vacaciones de final de año, Brasil ofrece muchas opciones para disfrutar de la arena y el mar. Aquí algunas propuestas:

Santa Catarina, las mejores olas para surfistas

Guarda do Embaú en Santa Catarina es considerada por algunas guías como una de las 10 playas más bonitas de todo el litoral brasileño. Guarda es una playa de belleza natural espectacular y única, ubicada entre un río y el Océano Atlántico. Su atracción entre los surfistas se debe a que posee, junto a la playa de Joaquina en Florianópolis, las mejores olas del sur de Brasil.

Paraty, la playa soñada

Localizada en el estado de Río de Janeiro, Paraty es uno de los lugares más bonitos del litoral brasileño, y tiene cerca de 50 playas. Las aguas tranquilas y claras hacen la región ideal para paseos inolvidables y para la práctica de deportes náuticos. Las playas son más alejadas del centro de la ciudad y, por ser menos visitadas, tienen una naturaleza casi intacta y preservan mucho de la ancestral cultura caiçara, con artesanía, culinaria y medios tradicionales de subsistencia.

Ilhabela, ideal para los deportes

El litoral de Ilhabela, localizada en el estado de São Paulo, posee playas deslumbrantes, que encantan a los turistas y son propicias para la práctica de deportes como el surf, la vela y el buceo. Las playas son divididas por regiones Norte, Este y Sur, además de aquellas localizadas en el centro de la ciudad. En cada una de ellas, existen opciones para descanso, práctica de deportes y contacto con la naturaleza.

Salvador, playa e historia

Aún más al norte, en la región Nordeste, Salvador se ha hecho mundialmente famosa por su cultura y su historia, fruto de la suma étnica de sus pobladores. Pero la hermosura de sus playas no se queda atrás en cuanto a celebridad. Costa dos Coqueiros es una elección para los visitantes: una inmensidad de playas, cercadas por grandes palmeras, dunas, arrecifes de coral y lagunas, dentro de una privilegiada estructura turística de lujo. Costa do Descobrimento es otra opción para entendidos: uno de los más grandes parques hoteleros instalados, que alberga 90 kilómetros de playas y la exuberancia de las reservas de Mata Atlántica.

Fortaleza, la mágica puesta de sol

Ubicada en el extremo septentrional del Nordeste, en la tierra de las puestas de sol más mágicas de todo el país. La playa de Canoa Quebrada es un buen lugar para disfrutar de ese espectáculo fascinante entre dunas de arena colorida. Y el encantador balneario de Jericoacoara, considerado uno de los mejores sitios del planeta para la práctica del windsurf, con sus aguas transparentes, sus arrecifes coloridos, su arena blanca, sus acantilados y sus dunas.

Natal, la ciudad del sol

También llamada “ciudad del sol” parece haber sido concebida para entregarle a su morador una de las vistas más deslumbrantes de la naturaleza. Cualquiera de sus playas es incomparable. Un ejemplo es Extremoz, donde es posible encontrar arenas claras y blandas como en ningún otro sitio. Baía Formosa es un paraíso para los surfistas y los ecoturistas que pueden observar acantilados, arrecifes y franjas extensas de arena blanca. La imperdible Praia da Pipa tiene aguas claras y tibias, palmeras, miradores naturales, acantilados y olas propicias para la práctica del surf.
Aprovechar las fechas festivas con clima de veraneo es uno de los privilegios de quien viaja a Brasil en diciembre. Los que están acostumbrados a pasar esta época del año vistiendo ropas pesadas y calentándose en chimeneas, encuentran en el país una posibilidad de festejar al aire libre sin tener miedo del frío.

La variedad de playas es inmensa, pero todas confluyen en un elemento común: el calor humano. Sea cual sea la región visitada, quien viaje a Brasil percibirá fácilmente que se trata de un país hospitalario y acogedor, que recibe a todos con los brazos abiertos.

 

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