Navidad en el corazón de América

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Navidad en el corazón de América

  Perú comienza a preparar sus cálidas fiestas navideñas con celebraciones muy diversas en cada una de las regiones geográficas

Pocos países en el mundo ofrecen la diversidad de Perú. Como multidestino que es, el país también ofrece unas navidades con personalidad propia en cada una de sus regiones geográficas: la costa, la sierra y la selva. Así, Perú ofrece en un mismo escenario unas navidades costeñas, amazónicas y andinas

Navidades frente al Pacífico

Rodeado por el Pacífico, Perú goza de una extensa costa que ha sido el principal “puerto” de llegada a América para los europeos. Esto ha supuesto que las tradiciones navideñas de la costa peruana vengan marcadas por la influencia y afluencia marítimas. Así, en esta zona del país se celebra la “Navidad Negra”, muy palpable en el departamento de Ica, cuyo origen se remonta a la época colonial de los esclavos.
El principal protagonista de esta peculiar navidad es el “Niño Negro”, el Niño Jesús, al que se le rinde homenaje con numerosas danzas de origen africano, especialmente el día 24. Este día también se homenajea a la Virgen del Carmen, a la que se saca en procesión y también es conocida como “La Peoncita”.
Los niños también son grandes protagonistas en todas las localidades costeras. Así, el día de Navidad en Chiclayo, capital del departamento de Lambayeque, se organizan desfiles donde los más pequeños invaden las calles cantando villancicos disfrazados de ángeles. Tras éstos, tanto locales como visitantes se deleitan con las típicas “empanadas de viento” y después de la cena se suele tomar un rico chocolate caliente para acabar este día tan especial con un sabor dulce.
En Lima las navidades se adaptan a un formato de gran ciudad. Con un eufórico ambiente de compras, la capital se presenta más colorida e iluminada que nunca y cientos de árboles de navidad presiden sus calles principales. Los coros de niños y adultos ponen el encantador ritmo de villancico a la ciudad.

Navidades amazónicas

La selva amazónica peruana es todavía una inmensa caja de sorpresas por descubrir, también en navidad. Aquí, las celebraciones toman un aspecto más exótico decorando los nacimientos con hojas de plátano y otras frutas de la región.
Tanto en la adoración al Niño Jesús como en general los niños tienen un marcado protagonismo en esta zona de Perú. Algunas de las tradiciones más curiosas son por ejemplo los llamados “Pastorcitos”; agrupaciones de niños disfrazados que van recorriendo las casas para visitar los nacimientos particulares y donde les van regalando bolsas de dulces y chicha de maíz. Cuando finaliza el recorrido de evaluación, los Pastorcitos eligen el nacimiento ganador junto con una comisión local de adultos y les entregan su premio correspondiente.
Otra costumbre similar en esta zona son las “Pastoreadas Navideñas”. Se trata de grupos de vecinos disfrazados de personajes bíblicos que fingen seguir a la estrella de Belén que les llevará hasta el Niño Jesús. Todo este desfile transcurre animado por tambores, silbatos, y cánticos de tradición selvática.

Navidades andinas

En la sierra es donde las navidades aguardan la esencia más genuina de Perú. Si en la costa llama la atención el “Niño Negro”, en la sierra es el “Niño Manuelito” el protagonista. Este nombre viene de los clérigos españoles que se referían en sus misas a “Emmanuel” (que significa “Dios con nosotros”).
Las mujeres y la artesanía son grandes iconos de la navidad serrana. Así, son frecuentes los mercadillos de artesanos locales como los de Ayacucho, donde también se realizan coloridos desfiles con personajes enmascarados. Muchas de las localidades de toda la zona de la sierra celebran el adviento de una manera muy auténtica vinculándolo a las tradiciones locales, celebrando así unas navidades de marcado y acogedor carácter rural.
En la ciudad de Cusco, la más grande de la sierra, la emblemática Plaza de Armas se convierte en el gran punto de encuentro navideño. El día 24 de diciembre se organiza una gran feria protagonizada por artesanos, campesinos y pastores de la región que se congregan para vender sus mejores productos del año. Los múltiples puestos sorprenden al comprador navideño con artesanías en madera, metal, tela, etc., y, especialmente, con las figuritas representativas del nacimiento, sobre todo las del “Niño Manuelito” o “Niño del Espino”.
En Puno, una de las zonas más altas del mundo, se mantiene la curiosa costumbre de utilizar las hojas de coca a modo de oráculo. La lectura de las mismas se cree reveladora de futuros acontecimientos para el nuevo año. Además, son muy típicas las “Ferias de los Niños” en las que se venden figuritas del nacimiento y, más en especial, del Niño Jesús.
En Chachapoyas las mujeres marcan el ritmo navideño. Conocidas como “Las Pastoras”, las jóvenes se disfrazan de colegialas con coloridos tejidos tradicionales y, portando un Niño Jesús, van recorriendo las distintas iglesias y también muchas casas donde paran a cantar y a dejar el Niño Jesús. Las iglesias hasta compiten por organizar el mejor recibimiento de Las Pastoras.
Así, a ritmo del Pacífico, del Amazonas y de la Sierra, Perú hace gala también en navidad de la versatilidad del país como destino. Especialmente en estas fechas donde en un mismo país se puede disfrutar de tradiciones tan diversas a través de las que se palpa la historia y la cultura peruanas.

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