Panamá en verde, tres paraísos naturales  Patrimonio de la Humanidad

Panamá en verde, tres paraísos naturales Patrimonio de la Humanidad

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Los parques naturales panameños permiten el river rafting,  el buceo en arrecifes marinos o las caminatas por bosques tropicales

Panamá es un país diverso de gran riqueza natural y ecológica. La estratégica situación geográfica convierte al destino en el segundo país con mayor biodiversidad de América, avalada por la conservación de nueve parques naturales, tres de ellos declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Se trata de los Parques Nacionales La Amistad, Coiba y Darién.

Más de 35% del territorio panameño está protegido como Parque Nacional o Reserva Natural. Estas áreas de valor ecológico constituyen el hábitat de 800 especies de aves, 220 mamíferos, 240 reptiles y más de 10.000 especies de plantas vasculares. La fauna más destacada es la iguana, el oso perezoso, las mariposas, el  jaguar, el tapir, la rana roja, la tortuga carey, verde y el tucán.

Los parques nacionales de Panamá están abiertos al visitante y pueden recorrerse en circuitos guiados. Además, permiten actividades deportivas y de naturaleza complementarias a la visita como piragüismo, caminatas, river rafting, pesca, buceo u observación de aves, fauna y flora. En las cercanías de estos parajes, se encuentran  lujosos hoteles,  pequeños sitios de hospedaje y hasta fincas agroturísticas.

 

Parque Nacional La Amistad, aventura entre densos bosques

Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1983 por su importancia ecológica, el parque La Amistad, PILA comparte límites con Costa Rica a partir de la prolongación de la Cordillera Talamanca. El área de 207.000 hectáreas de selva tropical y  bosques nubosos  se extiende principalmente por la provincia de Bocas del Toro y  la de Chiriquí.

Conocido también como Pila, el espacio de rica biodiversidad  ofrece aventura en ríos caudalosos y montañas vírgenes de bosques densos y húmedos. En el área de Bocas del Toro se practica la observación de aves, piragüismo y la pesca en aguas del río Teribe. En este espacio habitan diversas comunidades indígenas, como el grupo Teribe.

En el sector de la provincia de Chiriquí se encuentran senderos de recorrido corto, como La Cascada y El Retoño, a más de 2.000 metros de altura, ideales para la observación de aves, como el quetzal resplandeciente, ave mitológica de exuberante belleza por su plumaje rojo y verde, y otras especies de fauna y flora.

 

Parque Nacional Darién, paraíso de orquídeas

Situado en la frontera con Colombia, el Parque Nacional Darién es el más grande de Panamá y el área protegida más extensa de Centroamérica y el Caribe, con una superficie de densa selva tropical de 579.000 hectáreas, marismas y bosques tropicales. El Darién es además considerado punto de inicio de las selvas amazónicas.

La riqueza ecológica y la diversidad biológica del espacio natural fueron reconocidas como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1981 y Reserva de la Biosfera. Con más de 40 especies endémicas de orquídeas y cerca de 450 tipos de aves, cinco de ellas endémicas de la zona, en Darién habitan tres grupos indígenas, Emberá, Wounaan y Guna Yala, que todavía mantienen costumbres ancestrales.

El Parque Nacional Darién permite combinar aventura y experiencia a través de manglares, bosques y marismas, y danzas de las comunidades. Las caminatas con observación de aves, mamíferos y vegetación y los recorridos por los ríos navegables Tuira y Chucunaque son algunas de las propuestas para adentrarse en este paraje. Las playas de arena y los litorales rocosos permiten la práctica de deportes acuáticos.

 

Parque Nacional Isla Coiba, el espectáculo de tortugas, ballenas y delfines

Situado al suroeste de la península de Azuero, Coiba alberga uno de los  más grandes y escasos arrecifes de coral del océano Pacífico y constituye ruta de diferentes especies de ballenas.  En sus aguas habitan  delfines y  merlines  así como otros animales y plantas endémicas. El desove de tortugas marinas y la presencia de distintas especies  de monos en las orillas del mar son uno de los mayores atractivos de este espacio natural. La pesca deportiva, el buceo y el avistamiento de aves son algunas de las actividades que puede practicar el visitante.

Con una extensión de más de 270.000 hectáreas, el parque natural comprende la Isla de Coiba y 38 islas e islotes de bosque tropical húmedo, además del área marina. Reconocido como Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO en 2005, este singular paraje representa un laboratorio natural para la investigación científica y refugio para especies en extinción.

 

Para más información:

www.visitpanama.com

 

 

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