Un casco antiguo repleto de joyas barrocas, una pista de saltos de esquí, palacios y castillos, senderos panorámicos de alta montaña, un mausoleo digno de un emperador… todo esto lo podemos encontrar en Innsbruck, la capital del Tirol austriaco. Innsbruck cobró protagonismo a lo largo de la historia por ser parada ideal para los comerciantes que venían de Italia y se dirigían al Norte de Europa. A esto, le sumamos que el emperador Maximiliano I de Habsburgo tenía en la retina de sus ojos a Innsbruck como su ciudad favorita a pesar de ser Viena la capital del Imperio y sede de la corte. Sus largas estancias en la ciudad, convertirían a Innsbruck es esa pequeña ciudad elegante y con grandes toques de distinción que aún conservan. Era tal la pasión del emperador Maximiliano por la ciudad se esforzó en convertirla en un lugar imponente, mandando construir numerosos edificios, como la emblemática Tesorería con el Tejadillo de Oro, el símbolo de Innsbruck. Todo aquel esplendor se refleja en el compacto y hermoso casco antiguo, lleno de joyas arquitectónicas góticas y barrocas.   En Miradas Viajeras de Capital Radio: De la mano de David Bigorra de la REVISTA QTRAVEL nos trasladamos  a Innsbruck, la capital del Tirol austriaco, ciudad favorita del  emperador Maximiliano I de Habsburgo.