Os invito a Cerrar los ojos un instante e imaginad calles empedradas, balcones de teja roja, una brisa suave sobre un lago sereno… Estamos en Suchitoto, en el corazón de El Salvador, un destino que parece detener el tiempo para que lo podamos explorar con calma.
Suchitoto, cuyo nombre en lengua náhuat significa “lugar de pájaros y flores”, tiene raíces que nos trasladan a la época precolombina.
Pero fue durante la colonización española que adquirió una nueva dimensión: en 1528 se fundó aquí la villa de San Salvador, aunque solo duró unos años esta «sede» colonial administrativa del dominio español. En 1545 ante presiones indígenas, condiciones geográficas y otras razones estratégicas, se trasladó a lo que es la actual San Salvador.
Hoy, al recorrer su centro histórico, sentimos esa mezcla de pasado indígena, conquista y vida colonial; las casas, la gran iglesia de Santa Lucía, los adoquines originales e inmóviles de sus calles… todo invita a imaginar que estamos en otro siglo. Pero Suchitoto no es solo historia: su arquitectura colonial está impecablemente conservada, en cada facha, en cada rincón y plaza.
