Brujas, entre canales y hadas
De la ciudad de Brujas se han escrito ríos de tinta, viajeros de toda índole la han descrito al mínimo detalle y ahora descubriremos porqué Brujas es una de las ciudades más bonitas de Flandes. Pero cierto es, que solo la propia experiencia al visitar esta ciudad, hará que nos enamoremos de ella, que es sin duda, una de las más encantadoras de Flandes. Recorrer esta ciudad flamenca, hará que percibamos dentro de sus calles, avenidas y plazas, los pequeños detalles, olores y colores que la caracterizan, en nuestro deambular con bicicleta descubriendo una ciudad medieval que siempre guardaremos, tanto en nuestro corazón como en nuestra memoria.
Aunque pueda parecer un clásico, recomendar visitas imprescindibles, rutas o circuitos, la descripción de lugares visitados nos evocan recuerdos imperturbables como los que podemos encontrar al girar cualquier esquina. Iniciamos nuestro recorrido en bicicleta y nos acercamos a uno de los lugares tal vez más bucólicos de la ciudad: el Lago del Amor, desde el cual observamos el antiguo depósito de municiones, el Poertoren, edificado en 1402 por el maestro albañil Jan van Oudenaarde.
Desde este lugar se dibuja ante nuestros ojos una magnífica postal de Minnewater, antiguamente solía ser el lugar para el atraque de las barcazas que realizaban la conexión entre Brujas y Gante a través del río. Hoy en día es un lugar romántico por excelencia donde se dan cita tanto amigos, familias como parejas. El nombre del lugar, Minnewater o el «agua del amor» debe su nombre a la creencia popular medieval en los «minnen» o espíritus del agua, que habitaban debajo de los puentes.
Seguimos pedaleando y nos dirigimos tranquilamente al final del lago, y sí, digo tranquilamente porque pasear por esta zona de la ciudad es eso, tranquilidad. La serenidad se siente al llegar al Beguinaje, un remanso de paz fundado en 1245, uno de esos sitios en los cuales no sabes porqué, ni cómo, tu cuerpo se desprende de toda energía negativa. Es uno de esos lugares que por su belleza te dejan sin palabras.
Este recinto amurallado que otrora se cerraba para mantener el sereno silencio, está habitado por beguinas, mujeres que mantienen una vida piadosa y célibe dentro de un régimen comunal, incluso siendo tradicional que algunas de ellas sean laicas. A día de hoy en este jardín rodeado de casitas con sus fachadas pintadas de blanco viven las hermanas de la Orden de San Benedicto y mujeres solteras, en la casa Begina que puede ser visitada, nos haremos a la idea de cómo era el quehacer diario en el siglo XVII.
Al salir del recinto cruzamos el puente para encontrar un puesto de carruajes para pasear por la ciudad con una fuente abrevadero para los caballos, un poquito más hacia la derecha en dirección al puente de Begijnhof,encontramos el punto donde obtendremos una bella panorámica del Wijngaardplein, donde contemplaremos a unos cuantos cisnes blancos que se encuentran permanentemente en este lugar desde el siglo XV siendo un derecho burgués y un símbolo de estatus.
Nos dirigimos hacia el centro de la ciudad, no sin antes detenernos en el Hospital de San Juan, entre sus paredes se recogen más de ocho siglos de historia de monjas y hermanos cuidando y dando consuelo a pobres, peregrinos, viajeros y enfermos. Sus salas medievales, la iglesia y la capilla albergan una impresionante colección de documentos, arte, instrumentos médicos y seis pinturas del artista flamenco Hans Memling.
Desde el patio del hospital tenemos la posibilidad de contemplar la imponente torre de la Iglesia de Nuestra Señora construida en ladrillo, siendo la más alta de Europa, con sus 115,5 metros de altura es un más que evidente ejemplo de la destreza de los artesanos locales. Su interior alberga una rica colección de arte, donde destaca la única escultura de Miguel Ángel Buonarroti que se encuentra fuera de Italia:«La Virgen con el Niño», así como un gran número de pinturas, sepulcros policromados del siglo XIII y el fastuoso mausoleo de María de Borgoña y Carlos el Temerario.
Por la parte trasera accedemos al puente de Bonifacio cruzando previamente el parque Arentshof, que se encuentra situado junto al canal. El flujo de turistas es un ir y venir constante, al igual que el sonido de los cascos de los caballos de tiro sobre los adoquines, un flujo incesante que hacen de este singular lugar, una zona muy frecuentada donde además se exponen esculturas al aire libre. Por el puente de Bonifacio, al cual se accede por una pequeña portalada, se llega a una pequeña plaza que es testigo a diario de los cientos de visitantes que vienen a contemplar uno de los rincones más emblemáticos de Brujas. Desde este lugar observamos con plenitud el puente de Bonifacio, aunque por su aspecto lo ubicamos en un tiempo lejano, realmente es una construcción que data de principios del siglo XX.
Desde esta orilla, opuesta a la entrada de la portalada, se encuentra una pequeña plazoleta, en la cual se yergue un busto conmemorativo al ilustre humanista español Juan Luis Vives, nacido en Valencia, dentro de una familia de judíos conversos en el año 1492, año del descubrimiento de América por Colón, y que falleció en la ciudad de Brujas en Mayo de 1540, curiosamente el mismo año en que se casó y se divorció, después de 6 meses de matrimonio, Enrique VIII con Ana de Cleves apodada la (yegua de Flandes).
Seguimos nuestro periplo en bicicleta, a tan solo unos cientos metros llegamos al Rozenhoedkaai (Muelle del Rosario). Sea cual fuere la época del año que se visite Brujas, por la mañana o por la tarde, llueva o truene, este lugar tiene un intenso poder de atracción, tal vez mágico, causando siempre una intensa impresión a quienes lo visitan. No es de extrañar que sea uno de los lugares más fotografiados, siendo una de las vistas más típicas de Brujas.
366 escalones son los que hay que subir del Belfort, o si queremos disfrutar de una de las mejores vistas de la ciudad. La imponente torre de 83 metros de altura ubicada en la Markt(Plaza del Mercado) de Brujas nos permitirá, si te atreves con la subida, el poder observar una de las mejores panorámicas de la ciudad. El interior del campanario acoge el famoso carrillón con 47 sonoras campanas, 26 de las cuales fueron construidas en el siglo XVIII por el maestro fundidor Joris Dumery.
En la Plaza del Mercado de Brujas se encuentran los puestos de patatas fritas, las cuales podremos degustar con una generosa variedad de salsas. Un poco hacia el norte, en la misma plaza se erige la estatua de Jan Breydel y Pieter De Coninck, dos héroes populares que, en 1302, durante la batalla ‘de las espuelas doradas’ o ‘de Courtrai’ desarrollaron un papel clave en la resistencia flamenca contra la dominación francesa. Desde este lugar tenemos una vista magnífica del neogótico Palacio Provincial. Hasta el siglo XVIII, en este edificio se ubicaba el Waterhalle (la Casa del Agua) un almacén cubierto donde se cargan y descargan las mercancías, que eran transportadas por vía fluvial dado que antiguamente los canales atravesaban esta plaza, los cuales a día de hoy están soterrados y no son visibles al público.
Barrio Hanseático
En la época medieval fue el puerto más activo de Brujas, incuestionable punto de encuentro comercial. Los comerciantes españoles se ubicaron en el Spaanse Loskaai y en la calle, los alemanes en la plaza Oosterling Plein. Este puerto fluvial pertenecía en ese tiempo a La Liga Hanseática o Hansa, esta fue una federación comercial y defensiva de las ciudades del norte de Alemania y de comunidades de comerciantes alemanes en el mar Báltico, los Países Bajos, Suecia, Polonia y Rusia, así como regiones que ahora se encuentran en Estonia, Letonia y Lituania. Durante el siglo XIV, Brujas se convirtió en el mayor puerto de Europa para el comercio de la lana, aunque no fue hasta el siglo XV cuando la ciudad llegó al apogeo de su riqueza y vivió un largo periodo de tranquilidad y crecimiento, tanto económico, como artístico.
Nos adentramos a este singular barrio por la plaza dedicada al famoso pintor nacido en la ciudad Jan van Eyckplein(1370 – 1441) del cual podemos admirar una imponente estatua dedicada a su figura en esta misma plaza. Deambulando por sus calles adoquinadas, disfrutaremos observando la característica arquitectura de las encantadoras casas medievales y las opulentas y elegantes mansiones del siglo XVIII, de la cuales destacan la fachada de laCasa de los Estibadores y la Lonja de los Burgueseslas cuales conservan el porte distinguido de sus primigenios habitantes, así como la Tolhuis (Antigua Aduana) que Pedro de Luxemburgo, caballero de la Orden del Toisón de Oro mandó erigir en 1477.
Es aquí donde se ubicaba el puerto de Brujas, con su incesante trajín en el cual las mercancías se cargaban y se descargan pasando de unas manos a otras generando pingües beneficios. El carácter histórico de la plaza se refleja en la escultura del Oso de la Poortersloge (Lonja de los Burgueses) uno de los símbolos de mayor importancia de la ciudad, que lleva consigo una de las leyendas de Brujas sobre un oso blanco que fue matado por el conde Balduino I y cuya alma se introdujo en su escudo y desde entonces forma parte del escudo de Brujas. De 1720 a 1890, el edificio albergó la Academia de Bellas Artes de la Ciudad de Brujas, y de 1912 a 2012 fue la casa de los Archivos Estatales.
Burg Ayuntamiento
La Plaza Burg es el centro político de Brujas, sin duda uno de los lugares con mayor raigambre de la urbe, un lugar fascinante desde una perspectiva artística desde el cual podemos observar los distintos estilos arquitectónicos que concurren en este espacio y que se han erigido en el transcurso de más de mil años de historia. Es una de las paradas obligatorias en nuestro ciclo tour urbano.
Es todo un lujo el poder contemplar la fachada gótica del ayuntamiento de Brujas, así como las de los edificios adyacentes. El más claro exponente de esta amalgama de estilos arquitectónicos lo podemos apreciar perfectamente en la basílica de la Santa Sangre, edificio ubicado en la esquina suroeste de la plaza. Este es el edificio más antiguo que se conserva en la ciudad de Brujas, en este lugar se encuentra la reliquia que le da nombre a la basílica, y es que aquí se venera un receptáculo de cristal en el cual se dice que contiene la sangre de Cristo recogida por José de Arimatea y llevada a Brujas en 1150 a la vuelta de las Cruzadas. Una vez al año se celebra una procesión en honor a la Santa Sangre por el centro de la ciudad.
El segundo edificio más antiguo que encontramos en esta plaza es el mismo ayuntamiento de Brujas, se encuentra a la izquierda. Su construcción se remonta al año 1376 y no fue hasta el año 1426 cuando se culminó con la actual disposición arquitectónica. Se trata del ayuntamiento más antiguo de Bélgica, construido en estilo gótico flamígero. Destacan las tres torres de su fachada, así como las numerosas esculturas y escudos que revisten la misma.
A la izquierda del ayuntamiento, encontramos el Palacio de Justicia (Gerechtshof) del siglo XVI el cual es de estilo Renacentista, tuvo que ser ampliando en el año 1727, construyéndose el edificio neoclásico que se encuentra junto a él, actualmente dedicado al Museo Het Brugse Vrije, museo dedicado a la historia de la ciudad en el que no os podéis perder una monumental chimenea de color negro y estilo renacentista, decorada con estatuas de madera.
Paseo en bicicleta por las Antiguas Murallas de Brujas
La ciudad tiene un pulmón verde que rodea la ciudad casi totalmente y cuenta con numerosos sitios interesantes que valen la pena descubrir. Por ejemplo, puedes admirar los cuatro molinos de viento que aún quedan en pie, así como varias puertas medievales intactas, entre ellas destaca la puerta de Gante, una de las cuatro puertas medievales originales que todavía se conservan en Brujas o la Kruispoort
(Puerta de la Santa Cruz) la cual fue erigida en 1297 y remodelada en varias ocasiones, habida cuenta de su destrucción parcial durante la invasión de los Ganteses en 1382, a través de ella, han pasado los ejércitos de Carlos V, Napoleón o la Wehrmacht alemana en el siglo pasado.
Iniciamos este recorrido en la Gran Plaza del Mercado y seguimos hacia la puerta de Gante, recorremos la ribera del canal de Brujas-Gante en dirección norte cruzando el puente peatonal Conzett, que atraviesa la entrada del puerto deportivo y es uno de los numerosos puentes que se levantan regularmente para dejar pasar las embarcaciones.
Este es un paseo por las antiguas murallas de la villa medieval, es una oportunidad ideal para experimentar nuevas sensaciones combinando un recorrido histórico, que circunvala Brujas. Durante el recorrido descubriremos varios molinos de viento, estampa clásica de los Países Bajos, hoy en día aún se levantan en los verdes montículos de la antigua muralla circundante de la ciudad de Brujas, cuatro de ellos se encuentran en el Kruisvest. El molino Sint-Janshuis(1770), está ubicado en su emplazamiento original y es el único molino que admite visitantes, actualmente además aún se muele grano en este viejo molino que forma parte de los símbolos de esta ciudad.
Realmente Brujas puede visitarse durante todo el año, una ciudad con un encanto especial sobretodo para parejas de enamorados que en otoño o invierno, quizás puedan disfrutar de una experiencia particularmente íntima cuando los días son más cortos y la bruma envuelve los canales y callejones de la ciudad creando una atmósfera misteriosa y romántica a la vez.
CÓMO LLEGAR
Desde Barcelona con Vueling o BrusselsAirlines
Desde el Aeropuerto lo más recomendable es en tren, duración del viaje 1,30”h
DÓNDE ALOJARSE
Monsieur Maurice Bar&Hotel Leeuwstraat 8, Brugge
DÓNDE COMER
El restaurante Tête Pressée se encuentra a 3 Km. del centro de Brujas.
Dirección: Koningin Astridlaan 100, 8200 Sint-Michiels (Brugge)
http://www.tetepressee.be/
Rock Fort. Dirección: Langestraat 15, 8000 Brugge.
Kok au Vin Dirección: Ezelstraat 21, 8000 Brugge.