Qué ver en Herculano en un día

Herculano panorámica de la excavación arqueologíca

Qué ver en Herculano en un día

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Herculano mucho más pequeña que su hermana Pompeya, era un centro habitado, en las laderas del Vesubio, cerca del mar y a poca distancia de la colonia griega de Neapolis.

 

Al igual que Pompeya, fue víctima de la erupción vesubiana del año 79, siendo sepultada por una lluvia de cenizas y lapilli y asolada por nubes ardientes de gases tóxicos en diferentes oleadas, por lo menos seis veces, con coladas piroclásticas que sepultaron a las personas, los objetos y las estructuras, arrancando los techos de las viviendas, acumulándose gradualmente sobre la ciudad, cubriendola y solidificandose después para convertirse en un estrato compacto, de dureza y aspecto semejante al de la toba.

Con ello el nivel del terreno se elevó unos veinticinco metros. Las mismas coladas, cuando alcanzaron el mar, determinaron el avance de la tierra de unos 450 metros sobre la línea de la costa y causaron un maremoto.

 

La ciudad de Herculano fue “redescubierta” por azar: en el año 1711 por Emmanuel Mauricio de Lorena, Duque de Elbeuf, comandante de la flota austriaca, quien ordenó construir un pozo en una de sus propiedades, en el bosque de los frailes alcantarinos. Durante la perforación se tropezaron con las ruinas del teatro del cual se encontraron mármoles y esculturas, de las cuales una parte se encuentran en el Museo de Dresde.

Las verdaderas excavaciones con fines arqueológicos de la ciudad antigua empezaron en 1738, por voluntad del Rey Carlos de Borbón, fundador más tarde de la Academia Herculanense para promover el estudio y la publicación del material hallado.

Estando sepultada la ciudad tal como hemos dicho no fue posible efectuar excavaciones al aire libre y, por tanto, Herculano fue explorado a través de pozos y túneles subterráneos y siguiendo el recorrido de calles y edificios fue posible recuperar pinturas, mosaicos, esculturas y fragmentos de mármol.

La planimetría de Herculano tiene forma sumamente regular, con calles que se cruzan en ángulo recto que definen áreas habitables en ínsulas.

Herculano no tiene semejanza a Pompeya, sus habitantes se dedicaban a la agricultura y a la pesca. Herculano era, al mismo tiempo, un apacible lugar de recreo y descanso, tal como lo prueba la existencia de una Villa de Calígula, mencionada por Séneca.

Debido a su menor tamaño, la visita de las ruinas de la ciudad permite al visitante deleitarse con mayor detenimiento a observar los efectos de la erupción, así como el estado de conservación y estructura de las villas, algunas con excelentes frescos pintados en sus paredes o la disposición arquitectónica de las mismas, las cuales demuestran que sus habitantes disponían de un elevado estatus de comodidad, la Casa de los Ciervos, la Casa del Albergue, la Casa del Atrio con Mosaicos, son edificaciones que poseían peristilos y jardines, las cuales disponían de terrazas con vistas al mar.

Muchas de estas viviendas conservan sus estructuras internas de madera, la cual está carbonizada y prácticamente fosilizada, por lo cual es imaginable el extremo calor que padecieron sus habitantes en el momento de las sucesivas oleadas de gases candentes y cenizas que acabaron por enterrar por completo sumiendo a la ciudad en una especie de cápsula del tiempo.

Cerca del yacimiento encontramos el Museo Arqueológico Virtual, que como su nombre indica, ofrece una experiencia multi-sensorial con más de 70 instalaciones multimedia que recrean el esplendor de Pompeya, Herculano, Baia, Estabia y Capri.

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