Qué ver en Pozzuoli y el Anfiteatro Flavio
La Puteoli romana, hoy conocida por Pozzuoli fue fundada en el 529-28 a.C. por colonos de Samos, expulsados de Polícrates; fue llamada Dikaiarcheia (ciudad donde reina la justicia). Con la conquista de Campania por Roma en el 338 a.C., cambió el nombre a Puteoli, por la abundancia de pequeños pozo y manantiales termales; en el transcurso del tiempo la ciudad se convirtió, en uno de los puertos más importantes del Mediterráneo.
En el 202 a.C., Pozzuoli se convirtió en una de las colonias más importantes del litoral tirreno meridional, por su posición protegida de los vientos, y por su excelente comunicación con Capua y Roma. Centro estratégico de las relaciones entre Roma y el Oriente, del siglo II a.C. al I, atravesó un periodo de extraordinario esplendor. Pozzuoli poseía numerosas industrias del vidrio, de cerámica, exportaba azufre y alumbre y tenía yacimientos de puzolana.
Los restos que se conservan del antiguo asentamiento de Puteoli se pueden visitar en Rione Terra, una recreación virtual de la ciudad romana que fue erigida el 194 a.C. por unos mil veteranos de guerra, esta fue su recompensa por haber luchado en la Segunda Guerra Púnica- sobre la griega Dikaiarcheia.
Los romanos se encontraron con un problema, la falta de agua. Esto les obligaba a cavar pozos y cisternas para recoger el agua. En 20 ó 30 años estaba la ciudad llena de estos «pozos» y de ahí el nombre, Puteoli, que significa «llena de pozos».
La ciudad estaba construida en tres niveles. A pie de calle se encontraban las tiendas y los comercios. Bajo tierra los almacenes y en el nivel superior las residencias aristocráticas, los templos y las termas. Fue aquí que nació el cemento. Los ingenieros romanos aprendieron a elaborar hormigón, el pulvis puteolanis, con la puzolana, que es una roca silícea de origen volcánico – lo podrían haber aprendido de los minoicos, que ya la utilizaban para la construcción.
En las excavaciones de estos sótanos han llegado a aparecer esculturas enteras. Sobre la ciudad romana ha crecido la moderna Pozzuoli, aprovechando muros y elementos arquitectónicos romanos.
ANFITEATRO FLAVIO
El Anfiteatro Flavio es el tercero más grande del mundo romano, después de los de Roma y Capua, Se construyó en tiempos del Emperador Vespasiano. Tal grandeza da testimonio de las extraordinarias habilidades técnicas logradas en la antigüedad, es admirable la magnífica construcción en ladrillo rojo que demuestra, a diferencia de otros anfiteatros construidos con grandes bloques de piedra encastados en seco como pueden ser el Djem en Túnez, el de Arles o Nîmes en Francia, de nuevo queda constancia del gran mérito de los ingenieros romanos.
Ubicado en una encrucijada que unía Nápoles, Capua y Cuma. Podía albergar hasta 40,000 espectadores, sus tres plantas fueron equipadas con cuatro entradas principales y dieciséis entradas secundarias que daban acceso a las veinte rampas o vomitorios, que permitan acceder a las partes altas de la media cavea y summa cavea. Además de entretenimiento, el anfiteatro también fue el centro de la vida pública y urbana. Debajo de los arcos externos de la estructura existían unos espacios dedicados a cultos, gremios profesionales y otros, todos ellos indicados por inscripciones en la piedra.
Es particularmente interesante visitar el hipogeo la parte subterránea, en ella se depositan actualmente las enormes columnas que estaban dispuestas en su exterior. Lo más impresionante de la visita, y que lo hace casi único, de estos sótanos, que se encuentran perfectamente conservados gracias a que quedaron enterrados por una erupción de la Solfatara. Una galería circular recorre el perímetro que a su vez es rodeada por un ancho pasillo central, “el foso” que discurre con sus 43 metros a lo largo del eje principal, desde donde mediante complejas maquinarias de elevación, subían a la arena las jaulas con las fieras, fuere para realizar espectáculos de ejecuciones o para disfrutar de las venationes, “peleas entre gladiadores y fieras” en los ludí financiados por el Editor o noble que así lo dispusiera para su mayor grandeza. Aquí estaban situados los mecanismos con las poleas para subir las jaulas con los animales al escenario.
Fue en esta arena donde murieron algunos de los primeros mártires cristianos. Según la tradición, en el 305 d.C., este fue el primer lugar donde San Genaro patrón de Nápoles y San Procolo patrón de Pozzuoli, fueron arrojados a las bestias, según la leyenda sobrevivieron para ser decapitados en la Solfatara posteriormente. En memoria del Santo se construyó una iglesia en 1689. Como resultado de las excavaciones del Anfiteatro, la iglesia fue desmantelada y posteriormente reemplazada por una pequeña capilla que aún se puede visitar.
TEMPLO DE SERAPIS
El Templo de Serapis es un testimonio único de la zona portuaria y del distrito comercial de «Puteoli«. Llamado así por la estatua del dios Serapis (actualmente depositada en el Museo Arqueológico de Nápoles), el templo es uno de los mejores ejemplos de un «Macellum«, un mercado de alimentos, su construcción esta datada entre el final del primero y el principio del siglo II d.C y restaurado bajo el Emperador Séptimo Severo en el siglo III. Las tiendas y comercios estaban situados en filas en un patio que soportaba una gran puerta de entrada y decoraciones de mármol. En la línea final había una sala con aspas para el Culto Imperial y los protectores del mercado, entre los que se encontraba la divinidad Serapis.
El bradisismo flégreo es un fenómeno volcánico característico del área de los Campos Flegreos, este fenómeno, vinculado al vulcanismo secundario, está presente principalmente en el Golfo de Pozzuoli, donde afecta el área que va desde Cabo Miseno y Baia hasta Posillipo, donde los movimientos bradisísmicos se repiten cíclicamente durante un período de siglos. La evolución de la historia del bradisismo flegreo se puede dividir en tres fases: descendente, ascendente y luego descendente.
En el pasado, las propias columnas del Templo de Serapis, fueron utilizadas como instrumentos de detección. Las tres columnas de mármol más altas, son excelentes ejemplos del fenómeno geológico del bradisismo, pues nos muestran agujeros en las columnas hasta una altura de 6.30 m desde el piso del edificio, un nivel que atestigua la máxima inmersión bradisísmica sufrida por los Campos Flégreos en la época medieval. El templo de Serapis se encuentra justo en frente del puerto deportivo del puerto de Pozzuoli. El agua actualmente sigue presente en el templo de Serapis, pero se debe a un manantial termal subyacente (llamado Cantarello) y a la lluvia. Durante las excavaciones del siglo XVIII, se encontraron una serie de valiosas esculturas que incluían Dionisio con Fauno. Estos ahora se encuentran en el Museo Arqueológico de Nápoles.