Perpignan la catalane

Catedral

Perpignan la catalane

Compártelo en:

Aprovechamos nuestra  visita al Palais Gourmand de Perpignan para dar una vuelta por la capital del Rosellón y la Catalogne, antigua capital del Reino de Mallorca, una ciudad entre la montaña y el Mediterráneo con un gran legado histórico y cultural.

 

Su posición privilegiada en el corazón del Rosellón, entre los Pirineos y el Mediterráneo la sitúa cerca tanto de las playas en verano como de las estaciones de esquí en invierno (a 10 minutos en coche de la costa, a 20 minutos de la frontera y a 1 hora de la nieve) y de la montaña todo el año (para los amantes del trekking existe una travesía al Canigou que pasa por 5 refugios renovados). Naturaleza, balnearios, viñedos y parques naturales, todo muy cerca. Con 300 días de sol anuales. Y una vida cultural rica con exposiciones, festivales y eventos de índole diversa durante todo el año.

Llegamos a Perpignan en tren –1 hora y 20 minutos en AVE desde Barcelona-, a la estación que según Dalí era el “centro cósmico del universo”. El pintor ampurdanés no es la única celebridad que ha pasado por la capital rosellonense: Antoine de Saint-Exupery, Matisse o Duffy son algunos de los nombres mencionados.

Después de comer en nuestro hotel, la Villa Duflot, y antes de dirigirnos al Palacio de Exposiciones, aprovechamos para dar un paseo por el centro histórico. La historiadora Corinne Doumenc nos recibe bajo la estatua dedicada a François Aragó, científico – descubrió que la velocidad de la luz es independiente de la velocidad relativa del emisor y el receptor – y  diputado de Perpignan por el departamento de los Pirineos Orientales. También fue uno de los firmantes de la proclamación de la república y ministro de Marina y de las Colonias del gobierno provisional de Dupont de l’Eure, cargo que aprovechó para firmar el decreto de abolición de la esclavitud en 1848. Desde la Plaza Aragó nos adentramos en el casco antiguo por la Rue de l’Ange– según cuenta la tradición en plena epidemia de peste negra se apareció un ángel y la detuvo.

El lema de la ciudad, Perpignan la catalane, muestra el orgullo que los perpiñaneses sienten por su patrimonio histórico y su legado cultural. La ciudad se incorpora a la Corona de Aragón en el s. XII y el 1197 Pedro I le concede la Carta de Libertades Comunales, que otorga ciertos privilegios como la elección de los cónsules. Su edad de oro llega cuando se convierte en una de las tres ciudades principales de la Corona de Mallorca – heredada por Jaime II al morir Jaime I el Conquistador-. Durante esta época se construyen el Palacio de los Reyes de Mallorca y la Lonja de Mar (elementos en común con Palma) y la catedral. Reintegrada a la Corona de Aragón el s. XIV, sufre una epidemia de peste que la dejará muy tocada. Con la firma, el 1659, del Tratado de los Pirineos –por el cual Felipe IV regala a Luís XIV todos los territorios al norte de la frontera actual-, pasará a formar parte definitivamente del Estado francés. Pero sin llegar a perder la identidad catalana.

 

Arquitectónicamente esta influencia catalana se nota en algunos elementos, como la piedra de Montjuïc utilizada en alguna construcción o el estilo gótico catalán de algunas residencias como la casa Julià o la casa Xanxo. La imponente fachada de esta última es uno de los mejores ejemplos de arquitectura medieval que se pueden ver en Perpignan. La casa de ladrillo decorada en piedra fue construida hacia 1507 por Xanxo Bernat, un rico comerciante textil de la ciudad. En la fachada se abre una gran puerta de medio punto con dovela típica del gótico catalán. Destaca un friso esculpido con escenas macabras representando los siete pecados capitales. La tradición textil perpiñanesa continúa viva hoy gracias a la empresa Les Toiles du Soleil, que rescató el último taller que manufacturaba manteles y alpargatas con el colorido estilo típico catalán.

Nuestro paseo por el centro histórico de la ciudad nos lleva al Hotel de Ville. El ayuntamiento original del s. XIII es uno de los edificios municipales más antiguos de Francia, con posteriores incorporaciones a lo largo de los años, como el patio del s. XVI, ocupado por una magnífica escultura de Aristide Maillol representando el ideal femenino típicamente catalán de curvas sinuosas. Dentro del ayuntamiento destacan la sala de bodas con un techo de madera típicamente morisco y la lonja en la que se expone la veleta de bronce original de la lonja de mar, representando una galera del s. XV, símbolo del comercio rosellonés.

La burguesía perpiñanesa dejó un legado de casas con patios interiores y una gran riqueza decorativa de estilo Art Nouveau. Un ejemplo de esto es el Palacio Pams, construido por Jules Pams – político influyente casado con la hija del industrial Pierre Bardou, de la empresa de papel de fumar JOB– y encargado al arquitecto Leopold Carlier. En la entrada, sobre la escalera de ónice y estucado imitando al mármol rosado, destaca la gran pintura de Paul Gervais que representa la llegada triunfal de Venus, fundadora de Port Vendres. También destaca la decoración estilo Art Nouveau de los salones y la claraboya y el patio interior con azulejos de estilo mediterráneo. Este palacio pone en evidencia la importancia de la fachada social para la burguesía – aquí la familia hasta inventó un sello que encontramos representado por varios rincones del palacio.

La construcción de la catedral de Sant Joan, de estilo gótico meridional con una nave única amplia y abierta sin columnas se prolonga desde 1324 a 1509 por culpa de dos epidemias de peste, una crisis económica y el fin del Reino de Mallorca. Es por esto que encontramos en ella tantos estilos arquitectónicos distintos. Algunas peculiaridades a destacar son el sepulcro de Sancho I de Mallorca, la Carassa, una cabeza de sarraceno que cuelga bajo el gran órgano con cuyos pedales se anima abriendo la boca (es un elemento que había sido típico de las catedrales de los territorios catalanes pero hoy ha desaparecido). La otra particularidad única de la catedral de Perpignan es el Agujero de Pentecostés, un agujero en el techo desde el que se lanzaban hojas y pétalos sobre los creyentes para simbolizar los dotes del Espíritu Santo a los apóstoles.

Otra visita imprescindible en Perpignan es El Palacio de los Reyes de Mallorca, uno de los monumentos más importantes del Sur de Francia y que marca la época dorada de la ciudad como capital del Reino de Mallorca (que comprendía las Baleares, la Cerdaña, el Rosellón y Montpelier). Jaime II mandó edificar el palacio en 1276. El palacio perdió importancia y se convirtió en una residencia secundaria tras la muerte de Jaime III y con la reincorporación de sus territorios a la Corona de Aragón. Durante las guerras franco-españolas se convirtió en una ciudadela amurallada y después de la anexión francesa el marqués de Vauban reforzó sus fortificaciones.

Pero quizás la imagen más emblemática de Perpignan es el Castellet, en la plaza de Verdun. Construido en ladrillo rojo y mármol de Baixas a partir de 1368 bajo la Corona de Aragón y reformado sucesivamente por Luís XI, que lo convirtió en una cárcel; Carlos V, que añadió el bastión poligonal; y el marqués de Vauban, que volvió a convertirlo en un elemento defensivo. A principios del siglo XX se derribó el recinto fortificado de Perpignan pero se respetó el Castellet, que hoy acoge el Museo Catalán de las Artes y Tradiciones Populares.

Así pues, Perpignan resulta tanto una buena escapada de fin de semana como una base fantástica para explorar el Rosellón. Nosotros, por ejemplo, aprovechamos para visitar Colliure, a 30 km.

[divider]Cómo llegar a Perpignan[/divider]

Desde Barcelona una buena opción es el tren de alta velocidad (1h20min desde Barcelona, 50min desde Girona). Y tendréis la ocasión de bajar en el “centro del mundo”,  la estación de SNCF inmortalizada por Salvador Dalí en una de sus pinturas.  http://renfe-sncf.es.voyages-sncf.com

 220px-Renfe-SNCF_en_Cooperación

En coche si queréis explorar la región: ir a la costa, a esquiar o ascender el Canigou, por ejemplo. Tan simple como seguir la AP7 hasta la frontera y después la A9 hasta la salida 42 – Perpignan-Sud.

Dónde dormir

Hotel La Villa Duflot, un oasis de paz de 4 estrellas con habitaciones con vistas al jardín.

www.villa-duflot.com

Dónde comer

Podéis consultar la lista de restaurantes asociados a les Toques Blanches, una agrupación de chefs con voluntad de potenciar el arte culinario del Rosellón, en www.toques-blanches-du-roussillon.com

Información turística

www.perpignantourisme.com/ca

 

 

 

Post relacionados: