Nimes y su herencia cultural

Nimes y su herencia cultural

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Existen muchos lugares en el mediterráneo en los que la impronta de la antigua Roma Imperial ha perdurado en el transcurso de los siglos. Un legado valioso y un gran patrimonio histórico. Algunos, la mayoría, se han convertido en museos al aire libre. Pero los hay que han quedado integrados en la arquitectura urbana actual, permaneciendo como lugares donde continúan celebrándose encuentros o espectáculos. Nimes es un claro ejemplo.

Acariciada permanentemente por los rayos del sol del Mediterráneo, Nimes, nos invita a compartir la energía que se percibe al deambular por sus calles y plazas del casco viejo. No fue casual que se eligiera este lugar para ser una colonia romana. Su estratégica ubicación formaba parte de la ruta que, proveniente de la península Itálica, continuaba hacia Hispania y que era conocida como Vía Domitía. Una de las circunstancias que determinó su origen, fue la copiosa cantidad de agua que brotaba de la fuente que dedicaron al dios Nemausus. Dio origen al nombre de la colonia y favoreció el desarrollo del enclave hasta que, el en siglo II, se convirtió en ciudad durante la época del emperador Antonio Pio. La singularidad de su fundación se origina prácticamente en los albores del nacimiento del Imperio Romano. En gratitud a las legiones victoriosas por la conquista de Egipto, tras la derrota de las legiones de Marco Antonio y el ejercito de la Reina Cleopatra, Cesar Augusto otorgó a los legionarios licenciados la ciudadanía romana y la colonia de Nemausus como recompensa por sus servicios. Por ello el escudo de la ciudad se representa con un cocodrilo encadenado a una palmera de la que pende una corona de laurel con la inscripción “Col-Nem”.

 

Arena de Nimes

Destacan de aquella época dos esplendidas construcciones que han llegado a nuestros días casi en perfecto estado de conservación. La Arena de Nimes o Circo Romano, es sin duda el más representativo llegado hasta nuestros días como uno de los mejores conservados y más grandes de lo que fuera la Galia Romana con capacidad para 20.000 espectadores. Durante la temporada de las corridas de toros, los más ilustres maestros del arte del toreo pasan por esta arena. La afición por la tauromaquia está muy arraigada en la ciudad y la región de la Camargue donde existen ganaderías de toros que pastan en semilibertad. Muestra de ello es el ambiente que se respira en los alrededores de la plaza de Nimes. Restaurantes, hoteles y bares lucen por doquier motivos taurinos, fotografías de las que fueron y son leyendas del toreo, capotes, muletas decoran las paredes de los más lujosos establecimientos. La recreación de los espectáculos propios de la antigua Roma, tienen en este Circo un claro exponente. Las visitas guiadas por el recinto nos muestran como y por qué se construyeron tan colosales edificaciones. Se nos agolpan los recuerdos vividos cinematográficamente de la lucha de gladiadores, cuya realidad dista mucho de lo que el cine nos ha mostrado. Ubicado en la planta baja, se encuentra un centro de interpretación en el que encontraremos elementos donados por maestros del toreo, trajes de luces, capotes, zapatillas, muletas, banderillas y estoques que lucen expuestos en vitrinas. La sala está ambientada con una pantalla de proyecciones en la que se visualizan momentos estelares de los diestros que por aquí han pasado, así como de los eventos populares que se celebran en la comarca con el toro como protagonista.

 

Descubriendo Nimes

Un paseo por el casco viejo es sin duda la mejor forma de conocer la ciudad. Saliendo de las Arenas, por la Rue de las Arenas, en dirección norte, se encuentra la Place du Marche. Sus cafés y terrazas están siempre repletas y animadas con turistas que degustan una café o simplemente una cerveza. Los niños corretean alrededor de la fuente con la escultura de un cocodrilo, el esplendido tiempo alegra la vida en el centro de la ciudad. A pocos metros se ubica el ayuntamiento, en su patio central las mariposas decoran un pequeño huerto con la variedades cultivadas en la zona a modo de museo. En la escalera que da acceso a las dependencia superiores, el emblema de la ciudad, el cocodrilo, esta vez disecado decora el techo y las paredes desde 1815. Las calles adyacentes al ayuntamiento albergan pequeños comercios, anticuarios, pastelerías, perfumería, locales comerciales, restaurantes y bares, de planta muy actualizada y moderna, que curiosamente se emplazan en edificios realmente muy antiguos, algunos de la edad media. Del periodo renacentista, hasta la opulencia de los siglos XVII y XVII, encontramos numerosos palacetes perfectamente conservados que actualmente son de uso privado como apartamentos o casas y que el ayuntamiento prima por su conservación.

Seguimos deambulando por las calles de la ciudad y el imperturbable legado de Roma se alza ante nuestra vista, nos encontramos ante la Maison Carrée. Su construcción destaca sobre otras construcciones de su época. Desde aquí se dominaba el foro de la cuidad antigua y su plaza que era el centro de la vida pública que fue construida en el siglo primero de nuestra era y dedicada a los sobrinos del Emperador Augusto, Caius y Lucius César. Conservado casi intacto en su totalidad, es de diseño elegante y armónico en el que sobresale la belleza de sus capiteles corintios que rematando sus columnas. En su interior se proyecta a diario una película inédita en 3D en la que revive la Historia de Nimes hasta la actualidad.

 

Museo de Bellas artes

Una cita indispensable en la visita de la ciudad, es el Museo de Bellas Artes que está situado muy cerca del Circo Romano. En su planta baja, se encuentra uno de los mosaicos más grandes y mejor conservados de la época romana, es la “boda de Admeto” que ocupa la parte central del Atrio. Este museo alberga un gran número de obras francesas, flamencas, holandesas e italianas que abarcan un periodo desde el siglo XVI hasta el XIX. Destacan sus exposiciones itinerantes provenientes de colecciones particulares como la de Anne Gruner Schlumberger, dedicada al cubismo. Obras maestras de Henri Laurens Max Ernts, Fernad Léger, Pablo Picasso, Victor Bauner entre otros, otorgan ha este museo ser el segundo en importancia del Languedoc. El Museo de Bellas Artes es un legado de Robert Gower que hizo a la ciudad en 1869, posteriormente ha sido remodelado y rehabilitado para así poder albergar tan esplendidas exposiciones.  

 

Cómo Llegar: 

En tren, Desde Barcelona a Nimes con Renfe-SNFC en tan sólo 3,5h:.

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Por carretera, Barcelona, Nimes por la autopista, AP7 dirección Francia la Jonquera, continuando por la A9 hasta la salida 25 Nimes Ouest hasta la A54 siguiendo los indicadores hasta la ciudad.

Dónde dormir:

 En el Hotel Le Cheval Blanc, ubicado en el numero 1 de la plaza de las Arenas, delante mismo del Circo Romano y Plaza de Toros, solo por su ubicación merece la pena, ambientado con motivos taurinos capotes y muletas decoran sus paredes.

Dónde comer: 

Nimes, dispone de una excelente oferta de restauración, sin ir mas lejos el propio Hotel Le Cheval Blanc, dispone de un restaurante en el cual podremos degustar las especialidades de la región como son la Brandade de Nimes, exquisito plato elaborado con bacalao y aceite de oliva. Otro de los platos por excelencia es la Cassoulete, que pasa por ser uno de los platos más exquisitos del Languedoc, las judías blancas de “Lingot” mezcladas con un confit de pato, chorizo, perdiz o cordero, todo ello guisado a fuego lento en una típica cazuela de barro, a buen seguro deleitará los paladares más exigentes.

Mas información: Turismo del Languedoc-Roussillon c/ Fontanella 21-23, 4º 3ª – 08010 Barcelona Tel. 93 304 04 54 www.sunfrance.com

 

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