Vilnius, la capital de Lituania (I)

Vilnius, la capital de Lituania (I)

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Vilnius es la ciudad que ostenta el título de capital de Lituana. Con más de medio millón habitantes es la ciudad más grande del país, posee las mejores infraestructuras turísticas y según quién la visite, la más bonita del país. Es famosa por su diversidad arquitectónica, por sus iglesias maravillosas, obras de arte en  si mismas, y por el encanto de sus callejuelas, donde perderse es todo un lujo de sensaciones. Fundada en el año 1323, tiene un casco histórico reconocido como uno de los más antiguos y mejor conservados de toda la Europa del E-ste. Es gracias a la variedad de estilos arquitectónicos complementarios unos de otros, lo que genera un escenario único. Es por este motivo que en 1994 la zona del casco histórico de Vilnius, que ocupa 360 hectáreas de superficie aproximadamente,  fue incluida en la lista del Patrimonio mundial de la UNESCO.

Hay que tener en cuenta que Vilnius, siempre  ha sido una ciudad asentada entre dos culturas diferentes, la latina y la bizantina. Es por este motivo que nos hayamos ante una urbe moderna, abierta al diálogo, cosmopolita, aunque con unas fuertes raíces propias de la cultura lituana.

 

 

Si hablamos de visitas obligadas para el turista, hemos de mencionar al símbolo más importante del Centro Histórico, la Iglesia de Santa Ana, una obra maestra del Gótico tardío. Durante 500 años se ha mantenido intacta y ha sobrevivido hasta nuestros días.

Otro centro neuralgico de la ciudad se sitúa en la Plaza de la Catedral, donde los ríos Neris y Vilnia confluyen. Aquí tuvo lugar el origen de la ciudad y es donde se aposenta la Catedral de Vilnius y el Campanario, lo único que queda del antiguo muro de defensa de la ciudad. En la época de Gediminas se encauzó el río Vilnia lejos de la plaza, es por ello que desde entonces sus aguas corren por otro camino.

 

 

Una interesante visita es la de la Universidad de Vilnius, fundada en 1579, ya que es una de las universidades más antiguas de Europa del Este. Su biblioteca contiene casi doscientos mil antiguos manuscritos,  ediciones inéditas y una de las colecciones de mapas más grandes y más importantes de toda Europa.

Grande y con señorío nos aguarda también el monumento del Gran Duque Lituano Gediminas (1275-1341), obra del artista lituano Vytautas Kasuba. Este reconocimiento al fundador de Vilnius se lo debe el  pueblo lituano a uno de sus gobernantes más famosos. En sus 25 años de reinado, además de trasladar la capital de Trakai a Vilnius, fue un gran diplomático, extendiendo la fama de la ciudad por toda Europa. Aunque tampoco se quedaron cortas sus hazañas bélicas, ya que con él, la superficie de Lituania se dobló en tamaño. Otro monumento histórico que merece la pena es el de Mindaugas, situado frente al Museo Nacional de Lituania. Él fue el primer Gran Duque y el primer y único rey del país. Se encargó de unificar los territorios que comformaron el estado lituano y del reconocimiento internacional de éste. Su pedestal está adornado con los símbolos del antiguo  calendario báltico, que se hayan en muchos de los antiguos escritos.

 

 

Sin duda alguna, el Palacio Presidencial, es una joya que nos encontramos en la plaza de Simonas Daukantas. Da igual el camino que tomes para dirigirte a este imponente palacio, al final te encontrarás en un estrecho callejón desde donde podrás admirar los edificios clásicos de los siglos XVIII-XIX. Esta antigua residencia de obispos fue reconvertida por los rusos, cuando Lituania fue ocupada y anexionada por estos mismos, en Palacio para ser la residencia del Gobernador General de Vilnius. Por aquí pasaron el zar ruso Alejandro I, el rey francés Luis XVIII, el emperador Napoleón Bonaparte y el mariscal polaco Josef Pilsudski. Renovado en 1997 para ser el edificio que ocupa el Presidente de Lituania y su Cancillería. Todos los días a las 18:00 puede verse el cambio de guardia y los sábados se puede visitar gratis.

 

 

Una mención especial merece Uzupis. Este barrio o distrito, como le queramos denominar, se ha erigido como el barrio de los artistas y bohemios, consituyendose como “República” coloquialmente hablando. Posee su propio himno, su propia constitución, su presidente, su obispo, dos iglesias, y uno de los cementerios más antiguos de Vilnius. Su constitución puede leerse en la calle Paupio, se haya inscrita en multitud de idiomas en unas placas conmemorativas. Como siempre pasa con este tipo de barrios, pasó de ser una zona conflictiva en la que se asentaron los artistas, revalorizandola hasta que se construyó la Academia de Arte. En la actualidad, además de ser uno de los distritos más “cool” y más caros de la ciudad, se organizan festivales de moda alternativa, conciertos, exposiciones, lectura de poesía y las originales fiestas de Uzupis. De lo más divino.

Pero que sería de una visita a Vilnius sin ir de compras por alguno de sus centros comerciales. Las tiendas especializadas, las boutiques de diseñadores internacionales y los centros comerciales se sitúan en las calles Didzioji, Vokieciu, en las avenidas Gediminio y Konstitucijos. Por supuesto, todo lo relacionado con souvenirs se hayan en el centro histórico. Los típicos productos lituanos son el lino, muy apreciado y de muy buena calidad, los manteles, la cerámica artesanal, y cómo no, el ámbar. Este último se vende mil y una formas. A modo de joya, es cuando encontramos verdaderos tesoros.

 

 

 

Y qué decir de la noche… Pues que como cualquier otra capital del mundo, Vilnius tiene marcha para todos los gustos y para todas las edades. Desde locales que ofrecen música en directo, hasta los bares con la típica música pop internacional, pasando por los clubs con los mejores Dj’s del país y del extranjero. No hay tiempo para aburrirse en Vilnius. Porque lo que busques lo encontrarás, tanto en cultura como en ocio. Una experiencia única que hará que tu corazón quede prendado de Lituania y sus amables gentes.

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