El otoño te muestra los secretos más famosos de Algarve

El otoño te muestra los secretos más famosos de Algarve

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Se aleja el verano y atrás quedan los largos días de sol. Con la llegada del otoño Algarve demuestra que el sur de Portugal es mucho más que impresionantes playas. Es también un destino de sorpresas. ¿Sabías, por ejemplo, que la ciudad de Lagos fue uno de los objetivos de uno de los piratas ingleses más famosos? Esta localidad fue atacada por el pirata Francis Drake y, a lo largo de su bahía, en 1693, el francés Tourville hundió una flota anglo-holandesa de 80 navíos, capitaneada por el almirante inglés Rooke. Por su parte, el Museo Etnográfico y del Traje del Algarve, en S. Brás de Alportel, conserva la reconstrucción de una antigua barbería y de una botica, donde las clases más adineradas se involucraban en luchas políticas… Las curiosidades se reparten por toda la región, por eso es conveniente estar atento cuando se viaja por el sur de Portugal.

El pasado “navegante” de Algarve está presente en todos sus rincones y ponen en evidencia su antigua complicidad con el mar. En el período de los Descubrimientos, D. Henrique “El Navegante” armó en la ciudad de Lagos las carabelas que descubrieron que el mundo no acababa en el Cabo Bojador. D. Sebastião convirtió esta ciudad en la capital de Algarve, privilegio que conservó hasta 1755, y todavía hoy conserva los vestigios del pasado, como el Fuerte de la Ponta da Bandeira, construido para defender la ciudad de los corsarios que se acercaban a la bahía, o el museo dedicado a los Descubrimientos.

En Lagos también se creó el primer mercado de esclavos de Europa, bajo los soportales de la Plaza Infante D. Enrique, que hoy se han convertido en el lugar ideal para comprar artesanía. La ciudad está llena de sorpresas por disfrutar. Y el mejor plan es combinarlas con su rica gastronomía para hacer de esta escapada una experiencia inolvidable.

Bajo la atenta mirada de las chimeneas.
Algarve está lleno de historias de moras encantadas y príncipes desaparecidos en la costa Africana. De este pasado se conservan las chimeneas, de influencia claramente morisca, aunque sólo se empezaron a construir dos siglos después de la expulsión de los árabes de la región. De formas variadas, desde simples ranuras hasta complejas decoraciones; blanqueadas con cal o adornadas con diversos motivos, las chimeneas componen un bello paisaje arquitectónico y son un símbolo de la cultura algarvía. Antiguamente, su valor se medía por el tiempo que se invertía en su construcción, de ahí que antes de levantarla el maestro de obras preguntase al propietario de la casa cuántos días de chimenea quería.

El encanto oriental de los tejados moriscos se conserva también en Tavira, con sus casas blancas cubiertas por los singulares tejados en “tijera”, de cuatro aguas, y el montículo donde sobresalen las almenas de la alcazaba medieval, junto a las torres de las iglesias de Santa Maria y Santiago, que ocupan el área de dos antiguas mezquitas. La influencia de su historia está en todas las esquinas: la puerta de la muralla es el testimonio de la época medieval, en la iglesia de Santa Maria descansan D. Paio Peres Correia y los siete caballeros de la Orden de Santiago que conquistaron Tavira a los árabes en 1242, las 37 iglesias de esta ciudad merecen una visita detenida para observar sus bellos portones y fachadas… Sus encantos terminan junto al mar, en las salinas blancas y en los barcos que conducen a una isla con once kilómetros de playa.

El paseo por el patrimonio algarvío continúa en Faro, su capital, donde la historia se mezcla con un centro animado, con tiendas, terrazas y su sabrosa gastronomía. Los contrastes se vuelven a mezclar aquí también, como sucede en el Arco de la Villa, junto a un jardín con palmeras y terrazas con vistas al mar: el exterior del arco es un proyecto del italiano Fabri, mientras que el interés es del príncipe musulmán Ben Bekr. Dentro de las murallas del Castillo, las calles estrechas con arcos conducen a la Plaza Afonso III, donde la estatua del rey recuerda la conquista de la ciudad en 1249. Aquí había una antigua mezquita sobre la que se alza hoy la catedral, símbolo del nuevo dominio. Fuera de las murallas, los vestigios de la época renacentista dan paso a otro tipo de ciudad, renovada tras el terremoto de 1755 por una nobleza y burguesía pudientes, con sus casas acomodadas y palacios o el romántico Teatro Lethes.

Cualquier época del año es buena para conocer el extraordinario patrimonio de esta región, sus costumbres, sus comidas típicas, sus leyendas… Algarve te propone este otoño un recorrido por su inmenso patrimonio de arte e historia acompañado de suaves temperaturas y el buen gusto en la mesa. Escápate al sur de Portugal y descubre los secretos más famosos de Algarve

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