Descubre con una escapadinha a la Sierra de Algarve
El primer fin de semana de marzo Monchique celebra su tradicional “Feira dos Enchidos”, la excusa perfecta para descubrir “el jardín de Algarve” y disfrutar de un plan diez a base de naturaleza, pueblos con encanto, historia, cocina de puchero… e increíbles chacinas, licores y dulces
Para quienes gusta disfrutar en invierno de los placeres de la sierra, el aire puro, los pueblos con encanto, las tradiciones y la gastronomía de cuchara, tenemos un plan perfecto para ti para el primer fin de semana de marzo: la Feria de los Embutidos de Monchique (“Feria dos Enchidos”), uno de los eventos con más solera del sur de Portugal. Buena comida a base de productos locales, increíble naturaleza verde, exultante en esta época del año, costumbres, música, animación y, por supuesto, la clásica hospitalidad portuguesa en una cita súper auténtica. ¿Te apuntas?
El encanto del Algarve serrano
¿Sabías que ésta es la época ideal para descubrir el Algarve más desconocido? Ese Algarve que late en las sierras de Monchique y Caldeirão, que se pierde entre pistas forestales, que sube al pico Fóia -el punto más alto de la región- y permite disfrutar de increíbles panorámicas que llegan hasta al mar, que se adentra por caminos rurales que conducen a pueblos recónditos donde pervive la historia, las tradiciones y la gastronomía al estilo de antaño. Ésta es la época para descubrir Monchique, que se viste de fiesta para celebrar una de las citas clave de su calendario: la Feria de los Embutidos Tradicionales.
La Feria de los Embutidos de Monchique es uno de los eventos más importantes de Algarve, con el que se quiere dar a conocer la chacinería artesanal local elaborada según métodos tradicionales de producción y ser un canal de promoción de otros productos serranos, como el tradicional “medronho” (aguardiente), los dulces caseros, la miel, los licores y la artesanía.
El evento, que se desarrolla en el primer fin de semana de marzo, es la excusa ideal para perderse por Monchique y descubrir todos los secretos de la sierra. Cariñosamente llamado “el jardín de Algarve”, Monchique cuenta con una gran diversidad vegetal y un clima suave que permite disfrutar de ello con celo y pausa. Paseos en jeep, treking o rutas temáticas son sólo algunas ideas para adentrarse en este enorme jardín.
Vale la pena hacer un poco de ejercicio hasta subir al punto más alto de Algarve, Fóia, desde el que se puede admirar un increíble paisaje que se extiende desde el Cabo de San Vicente hasta la Serra da Arrábida. O una visita al Molino de Poucochinho, en el Barranco dos Pisões, y disfrutar de un picnic a la sombra de uno de los muchos árboles clasificados que crecen en Monchique. Obligado también es visitar las famosas Caldas de Monchique, bien para regalarse un momento de relax en la Villa Termal, bien para descubrir el origen de unas aguas termales que ya los romanos utilizaban por sus beneficios medicinales frente a múltiples dolencias.
Y por supuesto hay que perderse por las callejuelas de los muchos pueblos serranos que conducen a no pocos tesoros. En Monchique, imperdible ir al mirador del parque de San Sebastián para disfrutar de sus preciosas vistas, visitar la Iglesia Matriz del siglo XVI y el Convento de Nuestra Señora del Destierro y pasear pausadamente por las estrechas callejuelas de la villa, contemplando la blancura de las paredes de las casas tradicionnales y sus techos coronados por las típicas chimeneas algarvías. También las localidades de Alferce y Marmalete, en un paisaje de gran belleza natural, esconden interesante patrimonio arquitectónico, histórico y cultural y tentaciones gastronómicas que hay que probar, como la miel y los dulces locales.
Hablando de gastronomía, la ocasión es perfecta para disfrutar de los placeres de la mesa serrana, una gastronomía cocinada a base de puchero, a fuego lento, con las verduras de los valles y la carne de los pastos, una cocina que surge de saberes seculares y de usos y costumbres tradicionales preservados de generación a generación.
Protagonistas del recetario son los embutidos (el chorizo, la morcilla, la morcilla de harina o “farinhera” y la morcilla de arroz o “molho”), sin olvidarse del exquisito jamón de Monchique. A la hora de pedir el menú, entre los platos típicos cabe destacar los guisos de judías con col, judías con arroz o judías con pasta, todos ellos aderezados con carne de cerdo. Y para endulzarse, qué mejor que echar mano de uno de los postres tradicionales, como el pudin de miel o las filloas.
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