Gijón, una ruta por el modernismo
En el Gijón del 1900, inmerso en una dinámica de desarrollo en todos los ámbitos, tanto desde el punto de vista económico-comercial, industrial y financiero, como demográfico, social y cultural, la burguesía emergente perseguía dejar patente la huella de su presencia y de sus aspiraciones. Y lo hizo, entre otros mecanismos, sirviéndose de la arquitectura, así como de la remodelación urbanística de las calles principales de la ciudad.
Éstas, destinadas a servir como espacios de residencia burguesa, zona comercial y de servicios, establecen un sector urbano de prestigio, convertido en escenario de una arquitectura de calidad en respuesta a las exigencias de la clase media adinerada de la época.
En este marco, de manera acorde al gusto burgués, las formas modernistas hallan un campo de expansión en la decoración arquitectónica. Aunque es difícil describir correctamente la arquitectura modernista, lo cierto es que en los años del cambio de siglo coexistieron en el repertorio Art Nouveau decoraciones, materiales y diseños de otras corrientes (eclecticismo, regionalismo, neohistoricismo). La fórmula característica nos permite hablar del modernismo gijonés con más o menos evidencias.
La arquitectura de Gijón que se hace eco de estas formas se concentra principalmente en las calles de Corrida, Jovellanos, Munuza, Cabrales, Instituto, Moros, Trinidad y San Bernardo, lo que nos permite seguir el modernismo de Gijón de una manera interesante y acogedora. El modernismo gijonés es uno de los aspectos representativos de las características femeninas de la decoración.
A continuación presentamos para los amantes de la arquitectura s una lista de edificios que configuran Gijón, una ruta por el modernismo:
1. Iglesia del Sagrado Corazón
Una parada obligatoria a encontramos en el interior de la Iglesia del Sagrado Corazón. El templo, proyectado por el arquitecto catalán Rubio Bellver para los padres jesuitas en el año 1911, recurre en cuanto a la configuración del espacio interno a soluciones que nos remiten a la obra de Gaudi.
2.Edificio en calle Jovellanos esquina a la calle Merced
Otro ejemplo destacable en este sentido lo ofrece la casa que, situada en la calle Jovellanos esquina a la calle Merced (2. Foto introducción), fue diseñada por el arquitecto barcelonés José Graner Prat en 1901. Un edificio que, con un desarrollo vertical de cuatro pisos de altura, presenta una tendencia verticalista notoriamente acusada.
3. Edificio en calle Instituto 16
un interesante edificio que incorpora un planteamiento de la fachada con decoración Art Nouveau y referencias curvas, debido al diseño de Miguel García de la Cruz, el que bien puede ser considerado como el más modernista de los arquitectos que trabajaron en la villa de Jovellanos.
4. Edificio en calle Cabrales 43
Nos encontramos con un magnífico edificio de dos plantas diseñado por Mariano Marín, en el año 1901, para D. Eduardo Menéndez. Marín pasa por ser uno de los más prolíficos y destacados arquitectos de la época del cambio de siglo, diseñando tanto edificios destinados a vivienda como también hoteles, cines y teatros.
5. Edificio en calle Cabrales 18
Frente a la playa de San Lorenzo tenemos otro edificio interesante diseñado por Manuel del Busto en el año 1903 para servir como vivienda, bajo el encargo de D. Celestino García López. La rehabilitación llevada a cabo en 2006 recuperó la magnífica cúpula-mirador original, elevada sobre la rotonda de varios tejadillos superpuestos, siguiendo un gusto japonesista. Toma influencias del modernismo belga, realizados en cerámica, cabezas enmarcadas en medallones junto a motivos vegetales, conviviendo con un esmerado trabajo en las molduras, y sigue los preceptos de Ruskin y Morris, precursores de las Arts and Crafts británicas, al ser concebido como una obra de arte total, donde también destaca la riqueza de la policromía.
6. Chalet de Ladislao Menéndez
Situado en la Plaza de Europa, antes Paseo del Velódromo, proyectado en el año 1907. La casa, de molduras muy cuidadas, recoge una influencia del Art Noveau en los detalles ornamentales, ligeros, planos al tiempo que notoriamente simplificados y depurados con respecto a la obra anterior. Presenta como elemento más destacable una torre-kiosko angular, una solución de capricho que corona todo el conjunto.
7. Antiguo Café San Miguel
El popular Cafetón, situado en la plaza del mismo nombre. En el caso de esta edificación elevada en tres pisos, el aire neobarroco adquiere un peso mucho mayor que las fórmulas típicamente, en especial en lo que comporta al tratamiento de las molduras, sobresaliendo la presencia de complejos pináculos de remate o de la cúpula elevada sobre la rotonda con mansardas.
8. Edificio en calle Corrida, nº 35
Se trata de una vivienda estructurada en tres pisos de altura cuyo bajo presenta un aspecto muy distinto al original, al ser reformado para alojar dependencias comerciales. Se aprecia con claridad en la fachada, sin obviar la bidimensional decoración de estilo Art Nouveau, el movimiento, el gusto por las líneas ondulantes, curvas, la diafanidad de los amplios vanos acristalados y la riqueza de la rejería muy elaborada, estilo cinta, en los antepechos de los balcones.
9. Edificio en calle Corrida, nº1
Construida por el arquitecto municipal Miguel García de la Cruz. El edificio ha perdido algunos elementos de los que gozaba el proyecto original, entre ellos una recargada torrecilla de remate calada con óculos, pero sigue reuniendo los requisitos suficientes como para resultar sugerente e ilustrativo del gusto modernista. Sobresale en la fachada, que combina cerámica, piedra y hierro, como elemento más destacable la crestería que corona el conjunto, en especial en la zona de la rotonda donde los pináculos son tratados en un estilo que nos recuerda en cierto sentido la obra de Gaudí.
10. Edificio en calle Corrida, nº8
Resulta subrayable la complejidad de su fachada. En especial por lo que atañe a la multiplicación de materiales y superficies de diferentes calidades y aspecto, en lo que comporta a la conformación de los paramentos, resuelta a través de la combinación de los azulejos con el cemento y el hierro correspondiente a las ondulantes rejerías. Por lo demás, tenemos una estructuración de marcada simetría, con miradores laterales y vanos amplios de acentuado expresionismo en cuanto a los contrastes claroscuristas. Presenta así mismo una interesante decoración escultórica donde sobre la fantasía de los motivos, entre ellos las cabezas de mujer entre hojarasca que coronan los balcones, rosales, troncos de vid, etc., sobresale la presencia de ménsulas, a modo de soporte de la mayor parte de los vanos con repisas voladas, que adquieren un aire antropomórfico.
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