Chamonix: Mont Blanc, la subida a la Aigulle du Midi y Montenvers – Mer de Glace
Chamonix se encuentra situada en la parte occidental y septentrional de los Alpes, a 15 kilómetros de Suiza por el puerto de Montets y a 15 kilómetros de Italia por el túnel del Mont Blanc.
El imponente Montblanc que es la cumbre más alta de Europa occidental con sus 4807 metros, domina todo el valle de Chamonix. De origen glaciar, el valle está dominado por el macizo del Mont Blanc al sur y por el macizo de Aiguilles Rouges al norte y se extiende a lo largo de más de 17 km desde la cumbre del Col des Montets hasta el torrente de Taconnaz.
El centro de la ciudad está a 1035 metros de altitud y la cota más alta del valle alcanza los 1462 metros en el pueblo de Le Tour. Chamonix se ha desarrollado bajo la influencia del turismo y su crecimiento ha sido testigo de diversos periodos y corrientes arquitectónicas.
Esta cualidad única dota a la ciudad de un patrimonio rico y diversificado, entre la tradición y la modernidad. Al caminar por sus paseos se descubren iglesias o capillas protestantes con varios siglos de antigüedad, hoteles y palacios de la «belle époque», fachadas de tipo «art déco», granjas tradicionales y espectaculares chalets que contrastan con las construcciones modernas.
La ciudad está formada por varios estratos arquitectónicos que le confieren una originalidad y una variedad inclasificables para una localidad de montaña.
Por supuesto, la principal atracción turística son los deportes de invierno, como el ski, el speed riding, esquí de fondo, trineo con perros, senderos a pie con raquetas, o el snowboard.
Aunque en verano también pueden realizarse infinidad de actividades, como el alpinismo, escalada, parapente, bicicleta de montaña, pesca, equitación, paintball, patinaje, o practicar golf.
Campamento base de todos los amantes de la montaña, Chamonix ha sabido preservar su identidad al tiempo que ha acogido a visitantes de todos los horizontes y nacionalidades, es por esta razón que el visitante de Chamonix está obligado a realizar la subida a la Aiguille du Midi.
Desde el centro de Chamonix, a 1035 metros, puedes coger el teleférico del Aiguille du Midi que te llevará a las puertas de la alta montaña, a 3842 metros. Un panorama único de 360° en las cumbres del macizo del Mont Blanc, no apto para personas con vértigo.
El famoso tren cremallera parte de Chamonix te podrá llevar hasta Montenvers, a 1913 metros de altitud donde te espera un panorama grandioso sobre el glaciar de Mer de Glace, los Drus y los Grandes Jorasses. La visita a la gruta de hielo es un viaje al corazón del glaciar: la gruta se talla de nuevo cada año y refleja la vida de los montañeros a comienzos del siglo XIX. Se puede acceder a ella a través de una ruta a pie en unos 20 minutos o en la telecabina que te deja en el comienzo de unas escaleras que te llevan directo hacia la ruta.
Son unos cien escalones, no son difíciles de bajar o subir, pero la altura y la falta de oxígeno hacen estragos si se te ocurre realizarlas deprisa. La sensación de estar bajo el glaciar es única, incluso da un poco de miedo, pero vale la pena ver la espectacular estampa.
Te recomendamos que hagas coincidir la comida en el Grand Hôtel du Montenvers (existe una oferta conbinada tren y restaurante durante los meses de julio, agosto y septiembre, puedes infórmarte en las taquillas), la comida típica de la región te aguarda en la alta montaña a un precio razonable.
Las vistas y las sensaciones que te esperan son inolvidables, es como si la montaña de adueñara de ti mismo.
Más información en: http://www.rhonealpes-turismo.es/